martes, junio 27, 2006

Duelo bajo el Sol

Por si alguien no se ha dado cuenta, nos encontramos inmersos en pleno mundial de fútbol, y lo mejor es que aún seguimos adelante.
La verdad es que si no pasábamos a octavos con el grupo que nos había tocado era para matarnos; Ucrania, sin ser de las más destacadas, todavía se salvaba, pero Túnez y Arabia Saudí, considerada esta última como la más floja del campeonato, se suponía que no eran rivales para España. Y la verdad es que así ha sido; hemos pasado a octavos liderando el ranking de todas las selecciones. Sólo cuatro, de las treinta y dos selecciones, consiguieron pasar con los nueve de nueve puntos posibles, y de ellas España es la que mejor baremo de goles tiene.
Tras sonreírnos la fortuna en todo lo que hicimos contra Ucrania, y tras la remontada ante Túnez, parecía presagiarse una verdadera lluvia de goles el pasado viernes ante “el rival más débil”, incluso sabiendo de antemano que ninguno de los titulares habituales saldría de primera. El partido era a las cuatro de la tarde, es decir, en plena solaura tanto allí, como aquí.
Desde luego como verlo en casita o en algún local climatizado no hay nada, salvo que nos encontrásemos en Alemania, claro. Pero siempre hay inconscientes e insensatos en todas partes, así que gracias a la cadena Cuatro y a la pedazo pantalla que instalaron, todos ellos se pudieron reunir en la Plaza de Colón de Madrid; miles de almas vitoreando al unísono la retahíla de roscos que le iban a caer a los saudíes.
¿Inconscientes? ¿Insensatos? Veamos, Sonia sale del curro a las dos y media, a pocas paradas de metro de mi trabajo. Yo salgo a las tres, a cuatro paradas de metro de Colón… ¿Hay algo mejor para un viernes por la tarde que pasarte dos horas de partido, de pie y bajo un sol de justicia? Seguro que sí, pero no siempre se disfruta de una experiencia así.
Allí nos plantamos los dos; gafas de sol y gorrito de paja ella, pañuelo pirata y gorra de visera, yo… Botellita de agua y cámara de fotos en la mochila.
El ambiente era bueno, gritos de “Sí, sí, sí, nos vamos a Berlín” competían con los de “Alcoohol, alcoohol… venimos a emborrachaaarnos, el resultado nos da igual”, puro sentimiento patrio, oye.
La verdad es que no había apretujones, al menos por donde nosotros nos encontrábamos, y he de reconocer que se veía y oía la pantalla mejor de lo que en un principio me esperaba. Los cámaras de las distintas cadenas de televisión hacían su recorrido buscando a aquellos extrovertidos que empapados tanto por dentro como por fuera daban su entendida opinión de lo que iba a suceder en el partido. Cantidad de gente joven, como es lo más habitual en estas reuniones, preparados a disfrutar y pasarlo bien; una muñeca hinchable con el siete y Raúl en la camiseta destacaba entre la marea de banderas españolas… Y empezó el partido.
Los ¡¡¡Uuuuyyyyyy!!! Se repitieron varias veces, pero la verdad es que aquello no fue el espectáculo que se prometía; ni en la pantalla, ni en Colón. El calor empezó a hacer mella en nosotros, y como el partido no acompañaba decidimos sacrificar la segunda parte y verla en casita, tirados en el sofá, ventilador en ristre y bebida fresquita en mano. Nos fuimos justo un par de minutos antes de que España metiera su solitario gol ¡Ya es mala suerte! Así que nos perdimos la celebración en Colón; bueno, puede que en otra ocasión.
Ahora nos toca Francia en la primera eliminatoria, la de octavos; ni es Ucrania (que por cierto ya está en cuartos), ni es Túnez, ni Arabia Saudí. Hasta el momento tanto Alemania como Portugal, dos de las cuatro selecciones que hicieron pleno, han solventado a favor su pase a cuartos; Brasil lo tiene realmente fácil hoy a las cinco contra Ghana, salvo debacle monumental e inesperada. Y quedamos nosotros, ¿haremos nuestro mejor juego para volvernos en octavos tras perder contra la recién despertada selección francesa? ¿O por el contrario mandaremos a los de Zidane a su Galia natal y eso nos llenará de optimismo para hacer lo propio contra Brasil en cuartos? A las nueve de la noche empezará a gestarse la respuesta. Hasta entonces decidiremos si el fresquito vespertino hace que repitamos en Colón o por el contrario en casita con el ventilador, la bebida fresquita y el desparramado en el sofá…
Complicadilla la decisión, no creáis.

viernes, junio 23, 2006

Las fotos restantes

Estas son las tres fotos que debían acompañar La conjunción de los elementos, hicimos muchas más en el concierto pero estas dos me gustaron (sobre todo la de Jordi, el cantante). La tercera está sacada de lo que grabé (modo video) con la cámara de fotos; la calidad no es la misma pero se puede apreciar claramente la lluvia que nos cayó durante el concierto.



Una de las fotos

Esta foto corresponde a Buen despertar, sí señor, que no podía subir (dos post más abajo). Las de OBK no las tengo en el curro ¡Ya es falta de previsión, joder!

miércoles, junio 21, 2006

La conjunción de los elementos

El pasado sábado, el programa de la SER Los 40 principales celebró su cuarenta aniversario con un macro concierto en el que reunieron a los artistas más destacados del panorama español de los últimos tiempos. Nos hubiese gustado haber asistido pues era una ocasión única, y oye, de paso revivir de esta manera aquel otro macro concierto que también hicieron para su veinticinco aniversario, hace ahora quince añitos, en el que me lo pasé de locura, bailando al ritmo de los artistas punteros por aquel entonces y desparramando como ninguno en la tierra en que se asentaba el escenario.
Mi memoria es frágil, siempre lo he dicho, y la verdad es que me cuesta recordar gran parte de aquellos acontecimientos. Sí recuerdo, en cambio, que tocó La Unión. También recuerdo que El Último de la Fila cantó esas canciones que a mí me llegaron con retraso, y como no, recuerdo el grupo más esperado, el que en aquel momento se llevaba el gato al agua, aquel al que principalmente yo había ido a ver; Los Héroes del Silencio. En aquella época aún no estaba con Sonia, así que se libra de que la incluya en esto, pero sí podría meter a algunos amiguetes que cansados por lo extenso del concierto querían irse a mediados de la actuación de los Héroes… ¿Cómo? De eso ni hablar, yo había ido a verles a ellos y de allí no nos movimos ninguno; bueno, yo sí, pues no paré de cantar, bailar y brincar hasta que pusieron el colofón a su espectacular actuación.
Debería aclarar que en mi juventud siempre he sido de bailar, que no es lo mismo que bailar bien, pero el que alguien se mueva mucho atrae más que el que está de pie todo estático con el cubatilla en la mano, y por eso llamaba la atención del personal… Pues imaginaros en un concierto.
Con el paso de los años, el aumento de kilos, esos dolores que curiosamente antes no tenías, la falta de forma física y el amodorramiento en general, aquello del “bailongueo” se ha perdido bastante, que le vamos a hacer; pero si vamos de concierto, hay que entregarse plenamente para disfrutarlo al máximo.
La razón que impidió que fuésemos al macro concierto de los cuarenta fue la coincidencia de otro concierto; fuimos a ver a OBK.
Bien, aquí es donde me toca defenderles de los muchos detractores que tienen. No sé lo que pensaréis de su música, puede que la creáis ñoña por sus letras románticas o simplemente que no son buenos por empezar siendo un grupo para quinceañeras. Reconozco que de ellos sólo conocía algunas canciones, esas que más asiduamente sonaban en la radio y que incluso llegaban a ser éxitos comerciales; pero a finales del septiembre pasado, ese escaso conocimiento dio un soberano giro. Sonia llevaba todo el verano con la idea de comprarse un recopilatorio pues le apetecía tener algo de ellos; ella los conocía algo más que yo; además no hacía mucho nos habían dejado un CD de ellos y eso también influyó. Pero no, no fue al final el recopilatorio lo primero que llegó.
A través del periódico Qué! conseguimos unas invitaciones gratuitas para verles en el teatro Lope de Vega durante la presentación de su último disco, feeling, así que un par de días antes del concierto nos lo compramos (por aquello de que te sonasen algunas canciones) y para allá que fuimos.
Entonces nos sorprendió.
Pese a ser teatro, no permanecimos quietos ni sentados en ningún momento. El directo que tienen, pese al romanticismo de la mayoría de las canciones, era leñero; nos provocó, nos invitó, y nos obligó a bailar y saltar a ritmo de su música. Cuando acabó el concierto, los afortunados ganadores nos pudimos reunir con ellos para charlar brevemente (éramos unos cuarenta), hacernos unas fotos (no llevábamos cámara ¡Mierda!) y aprovechar para que nos firmasen los CDs; el hecho de que se mostrasen disponibles y simpáticos tuvo bastante que ver con la incondicionalidad que desde ese día le mostramos. A partir de ahí nos hicimos con toda su discografía y vamos a todos sus conciertos siempre y cuando podamos; el del sábado fue el tercero al que vamos y el tercero que no nos cuesta un duro de entrada.
Cuando vas a un pasaje del terror, donde actores disfrazados intentan asustar a incrédulos visitantes, sueles hacerlo con mentalidad participativa. Esto quiere decir que corres cuando todos corren, gritas y te asustas cuando te intentan asustar, y te agarras a la pareja diciendo “Ay, ay, ay… Tú no me sueltes, tú quédate aquí bien arrimadita”. Lo hacemos así aun sabiendo que no te va a pasar nada y que difícilmente la chica disfrazada de El exorcista te va a asustar de verdad; pero oye, si no es así qué gracia tiene. Pues con un concierto pasa lo mismo, puedes pensar que desde el punto de vista de un observador externo, el ver a un tío de casi cuarenta tacos saltar y gritar como un poseso mientras canta canciones sabidas a medias puede parecer extraño, rozando el ridículo. Pero como he dicho, si vas a un concierto vas mentalizado a pasarlo bien y a ser participativo, y eso fue en resumidas cuentas lo que hicimos.
Torrejón y sus fiestas fueron nuestros anfitriones y a quienes les debemos el disfrute. Durante el día había llovido y por lo tanto los charcos y barrizales hacían notar su presencia, pero eso no consiguió enturbiar unas fiestas llena de casetas de peñas, con la música a todo trapo, y montones de atracciones de feria. Yo estuve de antojo, lo reconozco, pero cuando vi el “Castillo Diabólico” me entraron unas ganas tremendas de ver su interior, pues creo que desde pequeño no montaba en algo parecido. Se trata de la típica atracción de un trenecito que te lleva por el terrorífico interior de un castillo… Bueno, algo decepcionante; pero eran feriantes así que creo que no se les puede pedir más. Tras un algodón de azúcar compartido nos fuimos de cabeza al concierto. Nos tocó esperar un poco pues llegamos con algo de tiempo para coger un buen sitio, ya que no sólo se trata de escucharles en directo sino también de verlos, sentirlos cerca, cuanto más mejor… También así salen mejores las fotos, todo hay que decirlo. Todo el recinto acabó llenándose, y sobre las once menos cuarto un humo tras los instrumentos a contraluz daba paso al espectáculo.
Genial, que voy a decir yo. Saltamos, cantamos, gritamos y bailamos en el poco espacio que te dejaban los demás, pero eso era lo de menos, nos lo estábamos pasando estupendamente y fue entonces, a mitad del concierto, cuando ocurrió.
El recinto ferial de Torrejón es, obviamente, un espacio al aire libre, y salvo el escenario todo lo demás se disfrutaba bajo el cielo nocturno y el resguardo que él nos quisiera brindar… Él, el cielo, porque las nubes en claro desacuerdo rompieron a llorar de rabia y empezó a llover; lo esperado pero no deseado estaba ocurriendo. ¿Qué hacer en una situación así? Algunos previsores sacaron sus paraguas entorpeciendo la visión de los que tenían detrás… ¡Joder! ¡Qué sólo es lluvia de verano! Cuanto más llovía, más bailábamos y más nos empapábamos. Cantábamos y saltábamos en medio del barrizal que bajo nuestros pies se formaba; calándonos poco a poco nos sentíamos felices, nos sentíamos vivos, y eso era algo que tanto Jordi y Miguel, como el resto de los que les acompañaban en el grupo, supieron apreciar dándolo todo en un escenario que hacía aguas y calaba (algo menos que a nosotros, todo hay que decirlo) a los propios artistas.
Los cuatro elementos de la naturaleza encontraron su conjunción el sábado por la noche en Torrejón. El agua que cayó nos invitaba vanamente a un recogimiento forzado mientras que la tierra, compinchada con la primera, se convertía en un barro incómodo y aprisionador que poco pudo hacer ante los miles de saltos que allí se dieron. El viento, en forma de malévola brisa, también sopló intentando enfriar nuestros mojados cuerpos. Pero ninguno de los tres elementos pudo competir con el cuarto, ese fuego que puso OBK en su actuación y que impregnó de ardor y pasión a todos aquellos que allí no paramos, encontrando el calor supremo en el infierno que su Lucifer atrajo en apoteósico final. Aire, Tierra, Agua, Fuego… y un concierto desafiante.
Finalmente acabó el espectáculo, se apagaron las luces, dejó de llover y nos planteamos qué hacer a las doce y media de la noche; empapados y con las zapatillas embarradas; cogimos el coche y nos fuimos a tomar algo al centro de Madrid, pues la excitación del concierto no debía desaparecer regresando a casa.
Ya estamos oficialmente en verano. Durante estos meses habrá más conciertos de OBK que, aun siendo la mayoría fuera de Madrid, esperamos poder disfrutar de alguno de ellos (siempre es un buen motivo para una salidita). Perdonaremos el agua, el aire y la tierra, porque sabemos que al final del viaje nos recibirá ese fuego que buscamos, que nos calentará y hará que de nuevo nos sintamos vivos saltando y cantando como lo hicimos el sábado.
Lucifer, espéranos donde estés, que al alba bailaremos a tu son.

martes, junio 20, 2006

Buen despertar, sí señor

¿Cómo? ¿Un post corto? ¿Pero qué te ha pasado chico? Pues ya veis, que como uno tarde un poco en subir algo ya le salen hasta anónimos. Aunque la verdad es que esto no responde a cierto chantaje emocional, si no más bien era algo que ya venía pensado desde el trabajo.
Hoy la jornada laboral ha sido tranquila; media parte currando y la otra media con tiempo para internetear un poco, revisar el correo electrónico en busca de cierta dirección que pedí algunos comentarios atrás y que aún no he recibido, y escribir el siguiente post a mano (manubrio) antes de poder pasarlo al ordenador y publicarlo el jueves si no son erróneos mis cálculos. Así que mientras lo escribía me daba cuenta que lo que en este post muestro no pegaba ni con Súper Glu-3, que dicen lo pega todo en segundos; de ahí hacer este pequeño comentario como uno suficiente en sí mismo.
La otra tarde Sonia y yo salimos a dar una vuelta por el centro, no con una intención predeterminada, sino simplemente airearnos un poco paseando mientras aprovechábamos la estupenda tarde que hacía. Como estuvimos por el centro acabamos, como no, en la Fnac; y como siempre, como no, caímos en la tentación de comprarnos algunas cositas, ya sabéis por aquello del parking gratuito.
Durante ese paseo vimos varias cosas curiosas que, quizá contadas no parezcan nada, pero la relajación del paseo hizo que nos llamaran la atención… Por ejemplo, vimos cornetes de helado en el Burger King a 50 euros, ¡y era una oferta!
Otra cosa que vimos fue una pequeña moto, esta se encontraba junto a otra del tipo rutera, grande y negra; pero la primera tenía un diseño diferente, pequeña y alargada a la vez, una mezcla entre moderna y clásica, con aspecto de estar hecha de latas de bebida. Lo dicho, algo curioso de ver.
La verdad es que de saber que iba a escribir este post le hubiese hecho una foto a cada una de estas cosas, pero por indeciso…
Otra de las curiosidades que vimos, pedazo curiosidad ella, fue un Cadillac descapotable americano de color rojo; pasaba por la calle Hortaleza y era tan inmenso, tanto de ancho como de largo, que casi no pasaba por la calle (quienes la conozcan saben que no es que sea muy ancha que se diga). Tres hombres ya bastante maduritos eran los afortunados viajeros y objetivo de todas las miradas curiosas.
Por cierto, los cornetes del Burger no sabemos en realidad cuanto costaban, una de las puntas de las cinco que tenía la estrella donde se anunciaba el precio se había doblado al poner el cartel en el escaparate, tapando las unidades y dejando, sospechosamente, los decimales.
Por último comentar que, pese a creer haber visto a Amaral paseando por la Gran vía (se le parecía muchísimo, si no era ella era su doble, seguro), otra cosa que nos llamó mucho la atención fue un escaparate de ropa en plena calle Fuencarral, donde se mostraba, como buen escaparate que se precie, lo cómodo y adaptable a cualquier circunstancia de un pijama de caballero; bueno, aquí sí que no pude resistirme a hacerle una foto, pero es que esto tenía que sacarlo en el blog, ¿por qué? Vedlo y juzgad vosotros mismos.

viernes, junio 16, 2006

Un genio arrollador

Como sabéis los que últimamente habéis visitado Me rindo, acaba de celebrarse el Saló del Cómic de Barcelona. Tras la buena crónica que de tal evento nos relató Escritor1 (number one para algún ido de olla) vinieron los comentarios, y en ellos se habló de Luís Royo, un afamado ilustrador español cuyos originales, algunos pocos (su obra es extensísima), se expusieron en dicho lugar.
Estoy convencido que todos los que por aquí pasáis conocéis algo de la obra de este artista, pero lo cierto es que hace bien poco me enteré que por el desagüe discurre más gente de la que creía (aunque esporádicamente y sin dejar comentarios), así que sobre la marcha decidí hacer un “pequeño” post para hablaros un poco de la obra de este artistazo (sí, se me llena la boca de babas, pero es que los que dibujamos algo sabemos lo difícil que es llegar a hacer lo que él hace con tan aparente facilidad).
Vaya por delante que del buen señor sé bastante poco, pues más que por su persona me he sentido atraído por su obra. También debo aclarar que mis conocimientos de arte en general dejan mucho que desear, pero no voy a hacer un estudio de su obra, mas bien un repaso; tengo sus libros, algún portafolio, algún juego de cartas, y en ellos me basaré.
Empezar diciendo que este señor es maño y que nació ya hace sesenta años, un dato que puede que a él no le haga mucha gracia pero que nosotros agradecemos por la mejora que el tiempo le ha concedido a su arte. Al principio se dedicó al cómic de ciencia ficción, con historietas breves que más tarde recopilaría en distintos volúmenes; Sataka y Circulus fueron sus series más exitosas. Por aquel entonces ya se le apreciaba un estilo muy Liberatore (RanXeroX), perfilando en negro únicamente los contornos y dotando de realismo el interior de sus dibujos mediante los colores, los claros y los oscuros. Paralelamente sus ilustraciones resaltaron las portadas de más de un Cimoc, Metal Hurlant, 1984 e incluso posteriormente Zona 84. Durante un tiempo combinó la historieta con la ilustración y el diseño en publicidad, y este hecho fue el que poco a poco marcó el camino que decantaría su carrera desde entonces; la ilustración.
Sus trabajos encuentran en la dulce, y exuberante a la vez, figura femenina el protagonismo absoluto; prácticamente toda su obra se basa en ella. También abusa, aunque no canse, del concepto clásico de Bella y Bestia; sus imágenes reflejan claramente el control de las bestias por parte de hermosas mujeres (pequeñas hadas, diablesas, elfas, concubinas, etc.). Puede incluso parecer que la tendencia erótica que marca su obra refleje el poder y la fuerza de ellos sobre las débiles sumisas, pero nada más lejos de la realidad; las mujeres de Royo rebosan fortaleza interior, son guerreras y dominadoras… Dominatrix con caras de ángel, algo que queda reflejado plenamente en la mayoría de sus dibujos.
Tras varios volúmenes recogiendo en ellos su obra (Women, Malefic, Secrets, III Millennium), encontró un nuevo filón con las morbosas relaciones eróticas que su mente elucubraba y que dejó plasmado perfectamente en otro éxito, Prohibited Book, una colección de tres tomos de fuerte contenido sexual, y un cuarto denominado Prohibited Sketchbook, que agrupaba una selección de los bocetos preliminares.
A la par, entre tomo y tomo, surgieron Dreams, Evolution y Visions, tres nuevos álbumes de ilustraciones. Viendo el potencial que sus simples bocetos podían tener, lanzó otra colección llamada Conceptions; tres tomos integrados única y exclusivamente por bocetos de diferente factura y acabado.
Gran número de barajas (Forbidden Universe, The best of Royo, Secrets, etc.), portafolios (Warm Winds, Tattoos, Chains, Prohibited sex, etc.), y otros muchos trabajos que copan el mercado de la ilustración internacional, han hecho de Royo el más prestigioso ilustrador español a nivel mundial; un honor con creces merecido.
Llegó Subversive Beauty, otro genial recopilatorio que hasta hace bien poco ostentó el título de último trabajo del ilustrador, pero cara al Saló del Cómic ha publicado Dark Labyrinth, un nuevo tomo de portada espectacular que promete llevar al clímax a todos sus seguidores.
Pero las sorpresas no acaban ahí, pues continúa explotando su filón lanzando el primero de tres pequeños volúmenes, Wild Sketches 1, que recoge una parte de los seiscientos bocetos en blanco y negro que compone la colección, ahí es nada.
Su arte existe, perdura, se mantiene en plena forma, pero miedo me da pensar que su autor empieza a acercarse peligrosamente a esa edad en que el pulso empieza a fallar, y la vista traicionera no te deja ver esos pacientes detalles que dotan del más vivo realismo sus creaciones. Ojala me equivoque y tengamos Royo para rato.
Está claro que hay infinidad de ilustradores geniales, eso nadie lo pone en duda, pero son pocos los capaces de dotar a sus obras el toque que Royo proporciona a su dibujos, simples hojas en blanco transformadas intensamente en vida. Sigue con tu labor Luís, que nosotros te corresponderemos en Salones del Cómic y en tiendas especializadas.
Larga vida artística al genio.

jueves, junio 15, 2006

Soñar es un placer, sensual, genial... Soñando espero

No hace mucho que en el blog de una amiga se hablaba de sueños recurrentes, esos que se te repiten una y otra vez y que te desespera desconocer su significado. Sí, ya sé que la mayoría de vosotros ya leísteis su post y participasteis en sus comentarios, así que tranquilos que no va exactamente de lo mismo. Sobre lo que sueño me apetece decir un par de cosas y compartir, por qué no, alguno de los más curiosos con vosotros; entrando un poco en mi cabeza seguro que si antes teníais dudas de mi estabilidad mental, ahora las perdéis por completo.
Todos soñamos, eso no es nuevo. Dicen que es la manera que tiene nuestra cabeza de liberarse de esas inquietudes que durante el día almacenamos en nuestro subconsciente. Por ejemplo, tenemos esa mañana en que dirigiéndonos al trabajo nos cruzamos por la calle con un coche anuncio clásico de una tienda de productos de regalo; simplemente nos ha parecido curioso y de ahí no pasa. Pues bien, esa misma noche vas y sueñas que eres un copiloto en el Rally Ciudad Rodrigo de Coches de Época, ¿no es curioso? El tema es que si sueñas esto en seguida lo relacionas con la visión del día anterior; pero no siempre recordamos la causa de nuestros sueños, de esos detalles que quedan impresos en nuestra cabeza y que te conducen a esa aventura nocturna que casi siempre olvidamos.
Este blog que ahora estáis visitando suele reflejar experiencias vividas más o menos curiosas, pero cuando me planteé abrirlo no tenía aún muy claro que poner en él, de qué iba a tratar. El abanico de posibilidades era bastante amplio, y una de ellas, que me llamaba poderosamente la atención, era utilizarlo como medio de dar a conocer ¿al mundo? Lo que habita en mi cabeza… mientras duermo. Sí, se estuvo muy cerca de que en este blog sólo se viese una trascripción de esas incontrolables vivencias, y que al final descarté ya que los buenos sueños de relatar son demasiado infrecuentes, y puedes tener una racha de sueños curiosos o tirarte varias semanas con sueños normalitos que no tendrían ningún tipo de interés para el lector (entiéndase los cuatro amiguetes de turno). Este sistema hubiese sido una forma de demostrar una teoría muy sencilla y absoluta, de la que estoy plenamente convencido: en el Universo en que vivimos (no entro en universos paralelos, ramificados, ni absolutos, esa no es la teoría) nuestro destino está escrito, y eso es algo que nadie, ni siquiera las paradojas temporales, puede cambiarlo… ¿Qué?, ¿cómo se os ha quedado el cuerpo?
Desde mi punto de vista, demostrarlo sería, si tengo razón, bien fácil (lo siento, pero a veces se me va la olla), pero seguro que en el fondo estoy equivocado, seguro que es más fácil de lo que creo rebatir mis ideas; pero oye, que el post es mío y aquí no hay ningún matemático físico cuántico que me lo rebata con certeras pruebas.
¿Alguien sabe explicar con certeza absoluta qué es y cómo se produce un déjà vu? ¡Ah, que se trata de eso! Pues sí, en cierto sentido, sí. El déjà vu es el nombre con el que todos conocemos la paramnesia, es decir, un desorden en nuestra memoria que nos hace creer que una situación actual ya la hemos vivido. La gente lista que se encarga de explicar este fenómeno, o sea los expertos, no acaban de aclararse de por qué ocurre esto, pero casi están de acuerdo en que se trata de una especie de alteración entre memoria y percepción cuya consecuencia es el reconocimiento de nuevos estímulos como algo ya familiar. El hecho de que nos dure varios segundos se debe a la sensación de intranquilidad que nos invade en ese momento y al desconcierto ante el orden cronológico al que estamos acostumbrados.
Pues bien, esa es la insegura explicación que dan a un fenómeno del que desconocen su causa… Yo tengo la mía propia.
Somos gente que nos gusta la fantasía, disfrutamos con las pelis de miedo aunque nos acojonemos al verlas, y si salen robotijos y naves espaciales en una serie, peli, o en un libro mismo, nos lo pasamos pipa. Esto quiere decir que estamos abiertos a creer en lo impensable, a sentirnos atraídos de manera subjetiva por todo lo raro, y eso nos influye en la forma de ver las cosas. Podemos pensar, porque tampoco somos idiotas, que hay mucha gente repartida por nuestro desconsolado orbe azul que vive de la charlatanería y que se atribuye dones donde sólo hay ilusionismo y mucha, mucha cara; uno de esos claros casos son los adivinos. Pero un adivino que ve el futuro, es un clarividente, y eso sí que existe, el concepto de la clarividencia. ¿Alguien puede dudar que exista un verdadero clarividente en el mundo? Sólo pido creer en uno, ¿es tan difícil? Sabemos que nuestro potencial mental está mínimamente aprovechado, y desconocemos la magnitud de su poder si alguien lo estrujase al completo, entonces por qué no creer.
Ver escenas futuras requiere mucha imaginación o estar en sintonía con todas esas imágenes que deambulan en esa especie de limbo denominado espacio-tiempo, y si esto segundo es así, será porque es cierto que el futuro está escrito, con una escritura diferente a la conocida, una escritura encriptada, que lleva a varias percepciones distintas del mismo hecho; algo así como diferentes traducciones de un mismo texto, y de ahí las distintas apreciaciones que estos clarividentes pueden mostrar de futuros concretos.
Ahora bien, ¿y si mientras dormimos una parte recognita de nuestro subconsciente, llamada Enigma, sintoniza con ese escrito y desencripta pasajes de nuestra vida que luego confundimos con los sueños para que mas tarde caigan en el más absoluto de los olvidos? Esta situación pasaría inadvertida para la mayoría de los mortales, mas que nada porque son pocos los que están tan mal de la azotea como para planteárselo siquiera, y además porque no recordarán haberlo soñado.
Pero el caso es que yo sí que lo recuerdo.
Entremezclados con nuestros sueños hay extractos de nuestra vida que aún no hemos vivido, que es posible que nunca los vivamos, que conste, pero el caso es que pasado un tiempo, sin saber cómo o por qué, algunos de ellos ocurren inesperadamente; y eso no es casualidad. Con un simple gesto enmarcado en el contexto adecuado, esa alteración de la que nadie se libra (nadie se libra… ¿Es que acaso a todos nos funciona mal el cerebro?) se dispara y es entonces cuando yo no digo “esto ya lo he vivido”, sino que pienso totalmente convencido “esto ya lo he soñado”.
Nuestra existencia se ve representada como una línea acotada por nuestro nacimiento y nuestra muerte. Esta línea se entrecruza un millón de veces con las del resto de la gente que pasa por nuestra vida, igual que finas hebras entrelazadas para formar una gruesa maroma; ese universo escrito que encamina nuestro destino… ¿Es tan ilógico pensar que nuestros sueños discurran entre los vacíos espacios existentes entre las hebras, y que de vez en cuando roce o se cruce con la nuestra?
Para mí no.
Por eso la idea de llevar un registro público de esos sueños sería una forma de demostrar, cuando ocurra, que ambos caminos coincidieron alguna vez.

Una vez confesada mi absoluta creencia sobre la imposibilidad de alterar nuestro destino, de que por mucho que intentes cambiarlo no te das cuenta de que precisamente esos cambios ya estaban previstos, llega la hora de las revelaciones, de resumir brevemente alguno de esos sueños que jamás he olvidado por curiosos o impactantes.
Cuando en “Momentos…” se habló de sueños recurrentes, comenté mi poca aconsejable afición de soñar con mi dentadura y con las malas pasadas que ésta me hacía, por eso no me repetiré (ya que prácticamente todos leéis Momentos… ) y no hablaré de ese sueño, aunque sí de otros.
Una vez oí que expertos decían que en los sueños no se siente dolor ¡Mentira y gorda! Yo recuerdo como el dolor hacía que me despertase cuando sentía como una navaja rasgaba la carne y llegaba muy dentro de uno. También me he despertado al sentir el crujir de las vértebras en el momento que me partían el cuello en una pelea… Así que no me intenten convencer de lo contrario, que no me lo trago.
También he tenido sueños que rozaban la homosexualidad; he tenido sexo con señoras mayores y hasta he satisfecho la fantasía sexual de muchos hombres al montármelo con tres chicas diferentes a la vez (debo aclarar que en el sueño a una, como que no le iba el tema, se marchó en lo más emocionante; yo, caballeroso, me acerqué a ella para decirle que no pasaba nada y fue cuando lo bueno del sueño se acabó… Que le vamos a hacer). Pero como decía, algunos no se me olvidan y son curiosos de contar.
Empezaré por aquella vez en que, sin recordar cómo ni por qué, llegó una pistola a mis manos; tampoco recuerdo muy bien que me impulsó a hacer lo que hice, pero la levanté, me la acerqué a la sien, y me pegué un tiro en toda la cabeza. Lo bueno es que aunque fuese un sueño no soy sonámbulo, así que como curiosamente en el sueño no me había pasado nada, me pegué un segundo tiro; cuando amanecí me dolía terriblemente la cabeza.
En otra ocasión me dio por saltar de un octavo piso. A los pies del edificio una piscina rodeada de césped pretendía amortiguar el salto y rescatarme del calor veraniego. Como si emulase a Mel Gibson me lancé al vacío con tan mala suerte que no llegué a la piscina, más alejada de lo esperado. Reboté en el césped como si de una pelota se tratase y acabé en el agua. Recuerdo perfectamente el sonido del bote y la sensación.
Aquí debo agradecer el hecho de que estas líneas de sueños no se hayan cruzado con la de mi realidad, pues mi intención es seguir durante mucho tiempo dando la murga; juraito.
Pero no todos los sueños tienen que parecer precisamente de tendencias suicidas. En otro sueño mi padre y yo viajábamos en diferentes barcas dejándonos llevar por la corriente de un río. Poco a poco la corriente se aceleró y ambos nos dimos cuenta de que el cauce se metía por una pequeña cueva con el fin de convertirse en un río subterráneo. Yo grité a mi padre que impotente veía de pie como la caverna le engullía. Yo, sabiendo que si le seguía me ahogaría, me convertí en un pez de dibujos animados y me fui tras él; al final acabamos los dos convertidos en peces nadando en un mar de Fanta naranja bajo un espléndido y multicolor arco iris, también de dibujos animados.
Se puede decir que tras esta versión Disney, también tengo la de ciencia ficción.
En este sueño yo era a la vez dos personajes; el hijo en una familia, y la persona que cuidaba de mí. Mi casa era moderna, casi aséptica, y recuerdo soñar varios períodos de esa vida; pasé en el sueño de ser un niño a un joven bastante más mayor. Un día irrumpió en la casa una raza guerrera alienígena, pegando tiros con sus escopetas láser y destrozándolo todo. Me dieron una buena tunda, atacaron a mis padres (padres en el sueño, porque no les conocía de nada en la vida real), y cuando todo parecía perdido, de mi interior surgió una energía inigualable que hizo retroceder a los asaltantes. Entonces llegó más gente como yo (en ese momento ya era distinto), llegaron volando y a mí me salieron alas (sí, como el de los X-Men o el mismo Casillas); vencieron a los alienígenas y se hizo la calma. Nos explicaron que yo era el príncipe heredero de su raza y que me habían tenido escondido, sin que yo mismo lo supiera, en ese lugar por seguridad. Pero ahora que había sido descubierto debían buscarme otro lugar para en su día poder gobernar y así cumplir con mi derecho de nacimiento; debía abandonar la que hasta ese día había sido mi familia. Recuerdo que sentí pena, pero emprendí el vuelo con mis congéneres; una sensación de vuelo estupenda.
Mas recientemente he soñado con una curiosa historia de… terror. Gran parte de este sueño me lo pasé de noche matando zombies, como si de alguna película de George A. Romero se tratase. Me deshacía de ellos con una escopeta, pegando tiros y quitándomelos de encima como podía, a patadas, con empujones, huyendo en una carrera sin fin para no ser devorado. Esa huida me llevó a encontrar ridículo cobijo en un cuarto de baño, donde intenté recargar la escopeta. Tras varios intentos me di cuenta de que debía primero quitar una chapa que impedía meter los cartuchos, tras apartarla torpemente, los mismos cartuchos no querían entrar, se me caían, los recogía, lo volvía a intentar, se volvían a caer; así un buen rato, ¡joder, toda la noche disparando y ahora no iba a poder recargar el arma! Me levanté (estaba acurrucado en el suelo) y lo comprendí todo en cuanto vi mi rostro reflejado en el espejo… ¡Me estaba transformando en uno de ellos! Mi mente funcionaba bien pero mi cuerpo no respondía, era torpe, lento. De detrás de la puerta me llegó el inconfundible sonido de la esperanza de mi antiguo yo; habían acabado con los zombies que me perseguían y ahora me iban a liberar. Entonces me entró miedo porque me había convertido en lo que estaba persiguiendo, y ahora ellos me matarían… y yo no quería morir; creo que la desesperación hizo que me despertase.
Este sueño es uno de los que recordaré con especial cariño, pues sentirse zombie es una experiencia única que muy pocos viven para contarla.
Han habido más, muchos más. Hoy sin ir más lejos me he levantado cansado pese a no dormir mal, pero he soñado y mucho, algo de acción, otra peli quizá; al recordar estos otros sueños he olvidado prácticamente lo que recordaba de él cuando me he despertado, suele pasar. La verdad es que no me importa mucho, mi cabeza es una fuente inagotable de aventuras cuando duermo, y seguro que viviré muchas más.
Como curiosidad comentaros para acabar que de uno de ellos surgió el nombre de Orfideón, junto a otro que me reservo para otras cosas, en un sueño fantástico y medieval, durante aquella distante ya época del Hero Quest.
La próxima vez que duerma intentaré inducirme un sueño, algo extravagante, algo que merezca ser contado, y tened por seguro que aquí lo escribiré…
Por si algún día se hace realidad.

martes, junio 13, 2006

Opá, amo a poe Mundiá

¡Ya llegó el Mundial!
El evento más toca pelotas que se conoce arrancó el pasado viernes con el 4-2 que Alemania le endosó a Costa Rica y pronto España hará su debut y comprobaremos si de una vez por todas no nos volvemos a casa en cuartos; eso sí, será el mejor partido que haya jugado en el Mundial… siempre pasa lo mismo.
El tema es que todos nos vemos afectados de alguna manera, así que yo, sin llegar a ser futbolero acérrimo pero que sí gusto de seguirlo y de ver algunos partidos de vez en cuando, he decidido adelantar en este post, a modo de crónica positiva, lo que será el devenir de nuestra selección en este campeonato.
Debo advertir que gracias a Internet he podido añadir a esta humilde crónica nombres de jugadores que de otra manera se me escapan, y que en definitiva lo divertido de este post es ver hasta qué punto guarda paralelismo con la evolución real de nuestra selección.

Es miércoles por el medio día, hace mucho sol y la temperatura ronda los treinta y tres grados a la sombra. Un manto de camisetas rojas se convulsiona en las gradas en el momento en que nuestra selección hace su debut oficial en Alemania 06. Frente a ella Shevchenko y Voronin encabezan una equiparable Ucrania; comienza el partido. La cosa empieza con un lógico miedo y respeto por ambas partes y tras tomar su tiempo para estudiarse nos damos cuenta que su defensa es más vulnerable que la nuestra; en un tira y afloja se llega al descanso con un empate a cero. La segunda parte nos da el primer susto del Mundial; tras ser Pernía zancadilleado en una subida por la banda se tiene que retirar en camilla. Si en su primer partido con la selección se estrenó con un gol, en el segundo lo hace con una lesión. No es muy preocupante pero al menos tiene para diez días, y si España se clasifica para octavos podría jugar. Pese a considerarnos potentes en defensa, los ucranianos nos pillan en calzones y tras una imparable galopada de Shevchenko, Voronin remata nuestro segundo disgusto; 1-0 para los ucranianos. Los gritos de Es-pa-ña, Es-pa-ña animan el pundonor de los nuestros y Luís García cabecea el empate justo antes de que acabe el partido; 1-1, no es mal resultado teniendo en cuenta que se trataba del teórico rival más duro del grupo.
Tras cuatro días de incertidumbre llega el esperado segundo partido; Túnez es nuestro enemigo y esta vez vamos a por todas. Raúl, oportunista y habilidoso como siempre, se reconcilia con la afición haciendo un tempranero gol; pero ahí acaba de momento las alegrías. El partido continua con los tunecinos defendiéndose como gato panza arriba y debemos esperar hasta mediados de la segunda parte para que David Villa se estrene en el Mundial. Acercándonos al tiempo de descuento es Torres quien provoca un penalti; su intención es claramente de tirarlo él, y como vamos ganando se le permite. 3-0, bien por España aunque no suficiente; Ucrania le ha metido cuatro a Arabia Saudí y eso nos relega, de momento, a segunda de grupo.
Por fin es viernes, sólo queda esta jornada para saber la definitiva lista de clasificados para octavos aunque ya hay muchos decididos; quedan los grupos G y H y de estos Francia, con dos victorias, ya tiene asegurada la clasificación. No empezamos mal y marcamos uno de los goles más tempraneros de todo el campeonato; Luís García es quien ostenta ese honor. En las gradas todo es júbilo y alegría, pero ésta no nos dura mucho pues tan sólo diez minutos después Salgado, intentando evitar una internada saudí, comete penalti. Casillas vuela con alas de anuncio pero no logra interceptar el esférico que acaba entrando; 1-1 y aún mucho partido por delante.
Poseemos el control del centro del campo y nuestra defensa es férrea, tenemos arrinconados a los saudíes pero aunque lo intentamos una y otra vez, la misma fortuna que al principio tuvimos nos es negada ahora. Tras una pared de pizarra el capitán saudí se escapa, Pujol le lanza una tarascada pero éste continúa y su lanzamiento, mitad entre centro y shoot, es cabeceado a las mallas; Pujol se gana la amarilla y en caso de pasar se perderá el siguiente partido por acumulación de tarjetas. La segunda parte parece un calco de la primera, con el enemigo encerrado en su campo. Sufrimos mucho y empezamos a temernos lo peor, pero en el minuto 40 Torres se reencuentra con el gol en jugada y marca el empate. Nuestros chicos no se rinden y luchan hasta el final, fruto de ello sacan un inexistente penalti ya en el tiempo de descuento; esta vez no nos importa, es a favor. Raúl, que salió en la segunda parte, tiene el dudoso honor de transformarlo y España gana con un sufrido 3-2 a Arabia Saudí; pasa como primera de grupo tras el inesperado empate entre Ucrania y Túnez.
Martes día 27, llegó la hora de la primera eliminatoria, la primera de las cuatro finales que debemos afrontar si queremos ser campeones del Mundo. Frente a nosotros Corea del Sur… ¡Qué ganas le tenemos desde el último Mundial! Ha quedado segunda de grupo, por detrás de Francia, y de este partido no pasarán, palabrita. Esta vez somos nosotros quienes le hemos regalado el chalet al árbitro y consecuencia de ello nos da por bueno el primer tanto pese a estar en claro fuera de juego; autor del mismo, el mismo Villa. Nos sentimos pletóricos, el fuego de la venganza nos quema las tripas y antes del descanso el oportunismo de Raúl logra el segundo tanto rubricando de esta forma su vendetta particular. Nos falta Pujol, y eso se nota en la defensa que, pese a sus esfuerzos, no podemos evitar a los escurridizos coreanos y su emocionante gol nada mas comenzar la segunda parte; no hay problema, diez minutos más tarde un incierto y dudoso penalti nos facilita el 3-1 definitivo.
Ya estamos en cuartos, ya llegó la hora de romper las estadísticas y mostrar al mundo la pasta de la que estamos hechos… Mal asunto, en frente tenemos nada menos que a Brasil; vienen de ganar en octavos a la República Checa y siendo una de las favoritas no se va a dejar eliminar.
Se repite el respeto inicial, buena parte de jugadores de ambos equipos son compañeros de clubes, se conocen y saben que estará muy discutido. Marchena toma protagonismo inicial solucionándonos un problema a la vez que nos crea otro; lesiona a Ronaldinho y le envían con la roja al vestuario. España deja huecos que Brasil aprovecha para meternos el primero ¡Mierda! El partido se sucede con una suerte de tuya-mía y jugadas en ambas porterías, parece que aceptamos este juego, pero un imparable trallazo de Adriano rompe las alas de Casillas y hace el segundo carioca; 2-0 en el descanso, parece que la leyenda negra se repite.
La segunda parte empieza diferente a la primera, saliendo Brasil en tromba y nosotros agilipollados perdíos; Ronaldo lanza un penalti cuyo fruto hace presagiar la debacle. Pero la maquinaria española no se desmorona tan fácilmente y una internada de Reyes proporciona un centro que Villa, en semifallo, lleva a la red contraria; con un 3-1, y a falta de veinte minutos, aún nos queda tiempo para soñar. Ronaldo nos hunde en la miseria marcando el cuarto de Brasil, pero el juez de línea lo anula en polémica decisión y el desconcierto hace que en vez del 4-1 pasemos al 3-2 gracias a una buena cabalgata y mejor finalización de Cesc. Tiempo de descuento… Brasil defiende en su área un saque de esquina al que Casillas acude con la esperanza de rematar llevado por la desesperación. No toca pelota, pero un revuelo de patadas dentro del área hace que el balón acabe, no se sabe bien cómo, en el fondo de la portería; Brasil desespera y nosotros lo celebramos como un triunfo. Joaquín se estrena en la prórroga y mete a España en la semifinal, aparcando a una todo poderosa selección que echaría la culpa de lo sucedido al árbitro, como no.
Miércoles de semifinal; nos enfrentamos a la Inglaterra de Bekcham que viene de eliminar en su pugna particular a Argentina en cuartos de final.
El fútbol inglés es un fútbol de fuerza, de aguante, de dureza; no hay problema, tenemos jugadores que lo conocen bien pues juegan en su liga inglesa. Tras un inicio desbordante de los anglosajones Owen, adelanta a su selección con un tanto más que esperado. Bekcham se deja llevar tras una entrada de Manuel Pabló y la trifulca acaba con ambos camino del vestuario; y así termina la primera parte. Al iniciarse el segundo tiempo Cole mete el segundo, pero afortunadamente para nosotros es anulado por fuera de juego. El partido se convierte en un toma y daca, y a falta de diez minutos nos pitan un penalti cometido sobre Torres; él mismo lo tira haciendo el ansiado empate. En el tiempo de descuento, y cuando ya se esperaba la prórroga, Torres se erige como nuestro héroe nacional en la semifinal al culminar una internada de esas que hacen historia; no nos lo creemos… ¡Estamos en la final! ¡Estamos en la finaaaaaal!!!
Domingo 9 de Julio, Berlín… La anfitriona de Klinsmann nos espera tras haberse deshecho de Suecia, Holanda y Francia; se encuentran pletóricos y saben que éste puede ser su Mundial.
Rompiendo esquemas, y besando su anillo, Raúl adelanta en el minuto doce a los nuestros; lo celebramos, cantamos y gritamos como posesos. Tan sólo tres minutos después, un disparo de Podolski bate a un Casillas que ni la ve venir; el empate perdura hasta el momento del descanso. En esta segunda parte Cañizares sustituye a Casillas por lesión, y a los pocos minutos, en una alocada salida del guardameta, Ballack le hace el segundo a España; Cañizares se queja de que no le habían avisado y su mirada de tigre enjaulado rebota por todos los compañeros de equipo. En el 25 de la segunda Podolski es zancadilleado en el área; penalti y paradón de Cañizares al disparo de Ballack, y así enmienda su error inicial. Lo seguimos intentando pero no conseguimos llegar con claridad a la portería germana; una entrada de Frinsgs consigue el centro para que Ballack lo remate por entre las piernas de Cañizares… Todos nos lamentamos, sólo quedan diez minutos y perdemos por dos goles. Vamos con todo y dejamos más huecos de los esperados, tantos que Klose atina a hacernos el cuarto.
Final de del partido y del campeonato, España se tiene que conformar con un segundo puesto que sabe a poco tras haber alcanzado la final.

Está claro que no va a resultar así, pero no estaría mal que al menos los perdidos, empatados y ganados aquí reflejados se mantuviesen, eso querría decir que al menos firmábamos un subcampeonato, que es más de lo que muchos esperamos.
Como se ve, ni siendo generosamente positivo con España, ganamos. Espero equivocarme, de veras, pero por si las moscas intentaremos vivir cada partido de la selección intensamente, como si fuese el último del Mundial.
Ánimo España ¡Cómetelos en Alemania!

miércoles, junio 07, 2006

Una estaca para un Vampiro

No podía haber sido de otra manera, tras tanto pronunciarme acerca de mis distintas aficiones e ilusiones pendientes de resolución, mi cabeza ha vuelto a sufrir el envite de imágenes que siendo sólo reales en mi imaginación, conforman el futuro de un sueño difícil de alcanzar.
Teniendo en cuenta esa disposición mía tan voluble, que me relega al estado de aprendiz de tanto y maestrillo de nada, pienso que en este sueño encontraría la motivación y variedad suficiente como para no cansarme del proyecto hasta una vez finalizado éste. La mayoría de los que me leéis, es decir, tres de las cuatro personas si mis cálculos no me fallan, conocéis mi ánimo a hacer un cortometraje en video, o al menos eso creo pues en más de una ocasión es algo que he dejado claro. Pero tal y como está el asunto, el hecho de lanzarme a ello supondría de primeras una inversión a fondo perdido ( el dinero que invirtiese no volvería ni de coña, por muchas miguitas de pan que fuese dejando por el camino) y por descontado quienes participasen en el proyecto deberían de hacerlo mostrando un generoso altruismo hacia él, implicándose simplemente porque le atraiga y no por esperar una recompensa económica a sus esfuerzos; y esto seguro que limita considerablemente el número de colaboradores.
El tema es que no se trata de uno sólo, sino de muchos inconvenientes a la vez. Podría empezar a citar una larga lista de impedimentos tanto técnicos como materiales que sin duda alguna harían de este post un gran aburrimiento, por eso me limitaré a un par de breves explicaciones.
Como todo buen escritor-director que se precie (bonita etiqueta resultante de este sueño de futuro), el hecho de llevar a la pantalla esos relatos que visualmente tomaron forma en mi cabeza en el momento de concebirlos sería el interés primordial. ¿Inconveniente añadido? Mi tendencia a extender excesivamente las cosas; posiblemente a mis relatos le sobran algunas páginas de verborrea y esto, en imágenes, puede ser muy malo.
Pero aún no soy una causa perdida.
Hace unos meses descubrí en una conversación con un excompañero del trabajo que teníamos más cosas en común de lo que pensábamos, compartíamos aficiones tales como nuestro gusto por Star Trek (de hecho le regalé un “Últimas Fronteras 3” que le gustó bastante) y nuestras ganas de hacer cortos, con la única diferencia que él los generaba íntegramente por ordenador. Cuando descubrió que yo era aficionado en eso que es escribir relatos, vio el cielo abierto; controlaba de lo suyo pero eso de argumentar sus historias se le resistía.
Colaboré con él con un par de líneas argumentales que desconozco si al final las utilizó o no, pero lo cierto es que se mostró muy sorprendido y entusiasmado. Desde mi punto de vista eran bastante aceptables teniendo en cuenta que partía de las premisas y elementos que él me indicó (la creación por ordenador es mucho más compleja y laboriosa que escribir un relato. Además, el corto era suyo y por lo tanto me adapté a sus necesidades). Lo hice con mucho gusto, la verdad, y mi agrado fue mayor cuando me di cuenta que todo cuanto pensé y escribí para aquellos dos argumentos, lo hacía única y exclusivamente desde una perspectiva visual cara al espectador, pensando cómo influirían esas imágenes en él, qué emociones despertaría, qué tomas serían las más adecuadas para buscar sus reacciones, etc.; en definitiva, buscar y combinar los elementos adecuados para que ese corto fuese tan interesante para el espectador como excitante y breve para que mi excompañero se sintiese con ganas de crearlo.
Esta circunstancia me dio confianza; ya podía guionizar uno de mis largos relatos, porque sabía que cuando llegase el momento lo adaptaría adecuadamente para la pantalla.
Otro de los problemas es que disfruto de demasiada visión y aspiración. Cuando analizo esas películas que me monto en mi cabeza y que algún día pretenderé grabar en video, lo hago más en plan superproducción de Hollywood que pequeña producción de cine independiente o de autor; grandes decorados, grandes estudios, grandes actores (desconocidos, pero no el amiguete de turno), escenas de acción, efectos visuales, animatronics, maquillaje de efectos… Vamos, la rehostia en verso. Está claro que si algún día me meto en esa aventura (ese es mi deseo) tendré que simplificar bastante mis aires de grandeza… Todo se andará; me creo un Spielberg y aún no he cogido una cámara en plan “profesional”.
De todas formas puedo decir que no soy tan novato en estas lindes, aunque en honor a la verdad, la experiencia fue más divertida que didáctica.
Corría el año 89, y por aquel entonces aparte de contar con veinte añitos, me encontraba en el paro. Unos meses antes había vuelto de mi breve experiencia en el servicio militar con una carta de excedencia bajo el brazo… Pies cavos; ¿qué ironía, verdad?
El caso es que durante ese período de inactividad me pasé por las oficinas del INEM para ver a una compañera de mi primer trabajo que en aquellos momentos se encargaba de gestionar esos cursos que el INEM antiguamente te pagaba sólo por el hecho de asistir. Como tuve enchufe, y de los buenos, de las opciones que había no lo dudé… Curso de Video producción en el Instituto Politécnico Salesianos de Atocha; uno de los más solicitados. Nunca olvidaré ese curso; fue interesante, divertido y conocí a mucha gente fantástica. Duró cuatro meses, cuatro horas diarias de lunes a viernes, y nuestro grupo realizó dos “producciones”, si es que tal calificativo podía aplicarse a lo que de allí salió.
La primera fue la más cortita. Se trataba de un pequeño corto llamado “Mi querida nubecilla”, y aparte de contribuir con algunos posters para la decoración del salón improvisado para la ocasión en el estudio, me encargué de la edición de video, que ya es algo.
Se trataba de una pequeña “nube” molesta que salía de un televisor e incordiaba al protagonista hasta acabar devorándolo a ritmo de La cabalgata de las Walkirias; dicho así no suena tan mal… ¡Pero Dios mío!
En el segundo, mucho más largo, tuve una mayor participación…, fui actor.
Estaba en el departamento de producción, y por sorteo me tocó además en el equipo artístico… Yo, que mi mayor logro había sido hacer de inglés en un sainete de Arniches en el colegio diciendo la única y espectacular frase “mi ormadura, mi ormadura… devuélvame mi ormadura”, ahora me tocaba hacer de Tom Phillips, un desafortunado joven que los rigores de la noche y las jugadas de la carretera le llevan al castillo del Conde Dracovich, en la supermegaproducción “Una estaca para un vampiro”. ¿Habéis visto esas tomas falsas que de vez en cuando te meten al final de una peli o como extras en los dvds? Pues yo tengo una cinta con más de dos horas de errores míos ante la cámara.
Tengo que decir que todo el equipo nos llevábamos genial. El que hacía de Conde, Salvador, era un cachondo mental de apariencia tan seria y profesional que el hecho de tenerle delante ante las cámaras me arrancaba muchas sonrisas (con el consiguiente aumento de tomas, claro), y la que hacía de vampiresa estaba para dejarse morder ante la visión de su traje negro ajustado acabado en minifalda… Pero claro, teníamos unos veinte añitos. Así que todo, incluido la retahíla de fallos, fue una experiencia de lo más inolvidable.
La silueta del castillo a contraluz en una noche tormentosa fue creación mía (algo cutre, vale; pero es lo que había), el estacazo sanguinolento en el falso pecho del vampiro y mis dos perforaciones en el cuello producto de un “adorable” mordisco de la vampiresa, también (ya apuntaba mi inclinación hacia los efectos especiales, al menos algo más que el resto de la clase).
Desde aquel cursillo en el 89, creo que lo que me ha impedido hacer un corto ha sido mi inconstancia en la vida, mi falta total de compromiso con las cosas que empiezo, mi posible falta de madurez en un proyecto así.
Pero hoy he visto aquel corto más que cutre, he revivido todas aquellas escenas grabadas en fondo azul (recrear el interior de un castillo se “salía de presupuesto”, así que recurrimos al Chroma), y he vuelto a sentir ese gusanillo en el interior que intenta convencerme de que este es el momento, de que hay que lanzarse… Pobre iluso, este no es el momento.
Pero algo me dice que ya no queda mucho.