viernes, agosto 25, 2006

Los ¿avances? en el Nautilitus

Bien señores, como el tiempo apremia y como veréis los avances en el Nautilitus no son tales, no me voy a enrrollar con un post ni medianamente corto. Podéis ver tales avances y lo encajonado que uno tiene que hacer estas cosas aquí. Prometo ir actualizando las fotos según adelante el proyecto, pero quedan menos de dos semanas y voy cantidad de atrasado.
Espero que os gusten y os divertáis con las fotos.

lunes, agosto 21, 2006

Una perdición

Valencia, un soleado día, un paseo por la ciudad, una tienda de comics, y un ciber... y aquí estoy.
La verdad es que no pensaba escribir ningún post estos días, más que nada por aquello del Nautilitus, pero bueno, Sonia está enganchada en su Internet particular y para darle un poco de tiempecillo y matar el mío, voy a deciros que hemos descubierto una super-mega-que te pasas tienda de comics en esta ciudad, y como no podía ser de otra forma,hemos picado algo.
La verdad es que debo de empezar por el día de ayer. Por la tarde nos dimos una vueltecita por el centro para ver un poco todo esto y buscar, como no, la Fnac valenciana. Veniamos con premeditación, alevosía y nocturnidad (ya casi cerraban), con nuestro plano sacado por internet y a tiro hecho. Lo primero decir que el interior del edificio es de los más bonitos de todos los Fnacs que hemos visto (los tres de Madrid, uno en Barcelona, Zaragoza, Marbella y ahora Valencia), y de precio no andaba nada mal, pero no sé si es porque hace mucho ya que no vamos en Madrid y allí también hay ofertas. Sonia buscó un par de libros que se encontraban agotados, comprando finalmente un par de CDs (Nevermind de Nirvana y uno de George Michael) y yo, de rebote como quien dice, me hice con Gisaku, una película manga concebida y hecha totalmente aquí, en España; prácticamente acaba de salir y ya estaba rebajada a 8,95 (es edición dos discos) y además te regalaban el cómic de la peli, vamos, un chollazo.
Como no me quiero extender mucho, que en los ciber ya se sabe y no quiero que se me corte cuando más emocionado estoy, paso al hallazgo de hoy.
Futurama comics, así se llama el lugar. La tienda no es que sea grande, más bien son dos normales separadas por un muro; manga y americano en un lado, europeo en el otro. Todos al que preguntamos nos atendió de manera agradable y dispuesta, y que decir que la vista se nos perdía entre tanto..., tanto..., bueno, todo. Tres han sido las adquisiciones, empezando por un cojín del Taz ofertado a dos euritos que a Sonia le ha encantado ¡Y por ese precio! Después le llegó el turno a mi amigo Luís Royo y su última publicación, Dark labyrinth, que desde que escribí el post sobre él quería comprar y por circunstancias (generalmente económicas o de preferencia) no había podido ser. Lo último ha sido siguiendo el consejo de Number one, su Avengers Forever ya se encuentra en mi poder, en un mismo volumen que recoge los doce números de la colección limitada (he intentado escanear la portada pero el escaner del ciber no funciona, si puedo y tengo tiempo lo hago en Madrid); supongo que tardaré aún en leerlo, como siempre, pero al menos ya lo tengo.
Bueno, ahora toca tomarse un granizado en el Mercado de Colón, un lugar típico de aquí, para luego pasarnos por el Corte Ingles en busca de los libros que ayer no encontramos; una siestecita en el hotel y para el concierto. Supongo que lo pasaremos bien, daremos saltos y cantaremos con OBK y después intentaremos verles para que nos firmen las fotos que nos hicimos con ellos en el último concierto de Soto del Real.
Mañana, antes de volver, daremos otra vuelta por Valencia para ver el Oceanográfico (por fuera, somos pobres a estas alturas de mes), que seguro que por muchas especies marinas que tengan no tienen una tan chula como el Nautilitus...
El Nautilitus, posiblemente mañana me vuelva a acostar a las cinco de la mañana enfrascado en sus tripas...
Si lo que yo digo, estrés sarnoso.

jueves, agosto 17, 2006

Al tajo hasta el Tajo

Mediados de Agosto, algunos ya hemos pasado el ecuador de esas vacaciones que se dirigen en total declive hacia su defunción, allá por el día 28. Ser consciente de ello no es precisamente bueno; ahora se vive muy bien, pero en un par de semanas… chungo. Aunque parezca lo contrario, en esta ocasión no creo que según se aproxime el fatídico día empiece a obsesionarme, a amargarme, a echar oposiciones a ese estrés post vacacional tan de moda últimamente, no; esta vez mi estrés, mi agobio, y mi obsesión vendrán de otra mano, y quien me la tiende es uno de esos locos proyectos que ya están haciendo temblar las paredes del salón de casa.
Esto que digo sobre el salón de casa no va de coña, pues es el que siempre acaba pagando los platos rotos cada vez que a un servidor le da una de estas neuras, sufrimiento compartido, todo hay que decirlo, con la otra persona que ocupa la casa.
Pero para quienes no sepan muy bien de lo que hablo, empezaré por recordar las fiestas de Halloween. Por suerte para todos ya no las hago anualmente. Aunque parezca mentira es de lo más estresante y laboriosa su preparación, y aunque luego no quede como uno piensa al principio, eso es lo de menos; como consecuencia toca descansar de toda esa preparación, estrés, y como no, trifulcas de pareja resultantes de convertir el salón comedor en una especie de cueva, sótano o mazmorra cualquiera. Cuando esto ocurre todo queda anulado durante un par de meses mínimo; el sofá debe ser desmontado y apilado por partes en uno de los laterales del pasillo; el tenderete, habitual de ese lugar, lo tenemos que trasladar a la cocina en alocada pugna con la mesita del salón, alguna que otra silla, y los distintos cubos de basura (el de orgánicos, el amarillo de reciclado plástico, el de los escandalosos vidrios, y las bolsas de papel para reciclar). La mesa del comedor la dividimos en dos como si fuese un truco de magia; el cristal superior va debajo de la cama del dormitorio principal, y si la reubicación de sillas ha dejado hueco, colocamos el pie de mármol junto a alguna estantería, si no ha sido así, nuestro paso por el pasillo se verá enormemente dificultado por su presencia. Las sillas desubicadas van directamente al cuarto mágico (le llamamos así porque, no me preguntéis cómo, entra todo). La bici estática y la chislon también encuentran su alojamiento temporal en el mágico, al igual que lámparas, figuras, cuadros y demás ornamentos que para nuestros fines acaban estorbando. Nuestras fiestas de Halloween son así, un par de meses de preparación para el disfrute de unas pocas horas… Pero ahí no acaba la cosa. Algo habitual de estas fiestas son los juegos y las pruebas a las que mis pobres invitados se ven sometidos; menos mal que son amigos todos, aunque en la última quise guillotinar a uno de ellos y nos les pareció buena idea. Pero volviendo al tema, estos juegos los hago para que así todos participen en y de la fiesta, monten alboroto y disfruten sin ningún tipo de restricciones. He de reconocer que con cada fiesta intento sorprenderles más que con la anterior, por eso no es de extrañar que durante los días de preparación te encuentres en el dormitorio unos riñones o un corazón para un cadáver destinado a una autopsia muy especial, o que en el cuarto mágico haya una máquina electrocutadora (a mí me pareció cojonuda, pero el hecho de pensar que se podían electrocutar no les hizo mucha gracia, y alguno sufrió más que divertirse… Bueno, ¿era Halloween, no?), o toparte con una planta de huevos de escayola en la cocina, algunos aún goteando y colgados del tenderete.
Vamos, un desastre total.
Otras de esas cosa que hacen que una pareja se divorcie (somos la excepción), es hacer un auto loco en el salón; al menos esta vez no hubo que cubrir las paredes.
Efectivamente, algunos recordaréis que hace ya tres añitos esa marca de bebida que hace que te vuelvas un angelito o un murciélago, dependiendo del color que te salgan las alas, les dio por celebrar la primera carrera de autos locos Red Bull, y claro, en cuanto lo vi se me hicieron los ojos chiribitas. Pero las andanzas de “Los descarriados de la Bolilla Negrilla”, nosotros, en clara alusión a esa película tan de moda aquel entonces “Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra”, tienen para su propio post y página web, así que me limitaré a decir que el salón de casa, como no, se convirtió en un espléndido taller, apoyado de cerca por el patio salvador. Añadir que la cocina se convirtió en la idónea factoría de esqueletos y, que por consiguiente, todo estuvo patas arriba otro par de meses.
Pero hacía tiempo que no me daba una de estas venadas, la última hace un par de años para Halloween, y eso significaba que había pasado tiempo más que de sobra para que el mono se atenazara a mi cuerpo y sintiese la llamada del cacharreo quemándome la sangre; una necesidad imperaba por encima de todo, encontrar un proyecto a la altura del salón… por supuesto, ya lo he encontrado.
Cada septiembre la localidad de Aranjuez celebra las Fiestas del Motín. Con ellas se conmemora el alzamiento del pueblo español contra Godoy en 1808, y durante los festejos la gente del pueblo representa, con sus trajes de época y todo, los pasos que llevaron al motín, el asalto, y posterior toma, del palacio de Godoy. Otro de los atractivos que ofrece es el Descenso Pirata del Tajo; un descenso que se hace en barcazas con mayor o menor imaginación, rememorando de esta manera los antiguos transportes de troncos por dicho río.
Las dos últimas ediciones del descenso estuvimos como simple espectadores, mirando como las barcazas se deslizaban río abajo (no es una carrera, puntúa la originalidad y el buen acabado, o eso supongo) ante las risas, la admiración, la curiosidad o la simple indiferencia de quienes van a verlo; yo mientras, observando y maquinando. En esta edición, si todo va bien, acudiremos como participantes, una aventura pirata en medio del mar, o lo que es lo mismo, una barcaza por un río y la esperanza de que esta vez no se parta en dos, como ocurrió con el coche de Red Bull.
Aunque se trate de un descenso pirata, de corsarios aventureros hay bastante poco; de las veinte más o menos que suelen participar, dos o tres pueden parecer piratas, el resto de los motivos son de lo más variado. Los hermanos Dalton perseguidos por un enclenque Luky Luke, un Fernando Alonso con ruedas para mojado (más le vale), Freixenet y sus burbujas sensuales… y poco femeninas, una pequeña carpa de circo, un surtidor con gasolinero y todo, un confesionario con Ave María purísima y pecadora concebida incluida, etc., cualquier cosa puede ser motivo de participación… y yo ya he elegido el mío.
Antes que nada quiero decir que ya no hay marcha atrás; la inscripción la rellené antes de irnos a Málaga y la mitad de la subvención de 300 euros que otorga el ayuntamiento a los participantes ya ha sido ingresada… y gastada. La marcha atrás significaría un duro golpe a mi actitud y estado anímico, y como no, la devolución de los 150 euritos. Llegados a este punto el primer objetivo es llegar con algo que flote y no se hunda, una vez alcanzado esto, si además tiene un “bonito tema”, pues mejor.
¿Y de qué trata la mía? La norma dictada por la organización dice que no puede ser más larga de seis metros, ni más ancha de tres; también que el sistema de flotación se hace mediante unos bidones de esos de 200 litros adosados a la parte inferior de una base de madera. Bien, con estas especificaciones llegué a barajar cuatro opciones, a saber:
Primera opción, la cabeza de Mazinger a tamaño “real”. Éste, como no, me atraía bastante. Hice unos dibujos donde la línea de flotación iba desde debajo de la nariz hasta los pinchos del cuello; y yo en plan Koji Kabuto iría en la parte superior montado en mi planeador. ¿Complicado? Ninguno es complicado, pero sí laborioso. De todas maneras lo veía relativamente sencillo y lo que me echaba para atrás era una cosa que quería remediar desde el auto loco, el ir solo. En esta ocasión me gustaría compartirlo con alguien más, es más divertido, así que quedó descartado… provisionalmente.
Segunda opción, la Planet Express de Futurama. Está claro que colorido no le iba a faltar, ni banda sonora, ni voluntarios. Pero aunque parezca que no, las curvas de superficie lisa tienen sus complicaciones a la hora de crearlas, y eso añadía problemas a su diseño. Otro inconveniente era la creación de unos disfraces adecuados para la ocasión; estos llevan mucho tiempo y dinero, y la verdad es que carezco de ambas cosas.
Tercera opción, el Nautilus del capitán Nemo. Muchas complicaciones pero prácticamente todas salvables con fáciles soluciones. Aunque el motivo es conocido, si el tiempo lo permite tendrá el añadido de un pulpo pegajoso y gigantesco; además, el diseño lo tenía pensado para dos personas, y eso lo hacía idóneo.
Cuarta opción, los piratas escorpiones. Esta idea surge ante las dificultades que se apuntaban sobre el Nautilus y el mal “fario” que da hacer un submarino para la ocasión, no sea que el instinto le lleve a acabar bajo el agua, y nosotros con él. Se trataba de un barco pirata con espectacular forma de escorpión, donde las patas serían los remos y la tripulación iría uniformada para la ocasión. El proyecto era realmente atractivo, pero para que fuese adecuado para un mínimo de tripulación tendría que alcanzar los seis metros, y eso, sinceramente, se me va de las manos.
Ganador entonces, “El Nautilitus del capitán Nemo”, un submarino de cuatro metros y medio que, si todo va bien, surgirá del salón reconvertido en astillero para surcar el Tajo el próximo 10 de Septiembre.
Pese a la subvención tengo claro que nos costará dinero (un bicho de estos se lleva mucho en su construcción), pero confiaremos en pillar algunos de los quince premios (100 euros el de menor cuantía y 600 para el ganador) y así aminorar el gasto lo máximo posible. Poco me queda ya por decir salvo que se acabó el comer, el dormir, el ver la tele, los cines, el ordenador; todo lo que se puede denominar “otras aficiones” quedan desde este momento arrinconadas hasta mediados de Septiembre. Sobra decir que el Desagüe también se verá resentido por esto y puede que incluso no lo toque hasta que no pase todo. Intentaré mostrar los avances del Nautilitus en Apoyo al Desagüe, aunque de momento podéis ir viendo aquí una muestra de los participantes de otras ediciones; es decir, la próxima competencia.
Rumbo a la quilla… Hundamos un barco más.

miércoles, agosto 02, 2006

Botijolandia

Allá por mediados de Mayo, en plenos festejos en honor a nuestro Santo Patrón San Isidro Labrador, tuvo lugar la XXVI Feria de la Cacharrería de Madrid; un mercadito artesanal en la céntrica Plaza de las Comendadoras. Tal motivo nos sirvió, entre otras cosas, como excusa para salir un sábado por la mañana, pasear un poco por las calles de nuestra ciudad, comprar algunas cosillas, y a mí en particular me dio para escribir un post llamado Una curiosidad de Guiness. Este título venía a cuento porque se iba a construir el botijo más grande del mundo, al menos eso dictaba la propaganda; bueno, no sé si de verdad fue el más grande, creo que no, pero una buena talla sí que tenía. En aquel post también comenté la afición que mi madre tiene a coleccionarlos; eso sí, en su versión reducida, cosa que las estanterías de su casa agradecerán… Y así quedó la cosa.
Pero unos días después de tales fiestas, les hicimos una visitilla en mi Málaga natal, lugar donde ellos viven ahora, y llevado por ese extraño entusiasmo que me proporcionó el estar allí, rodeado de todos esos botijillos, fresco aún el reciente post en mi sesera, me lié con la cámara de fotos hasta quedar más harto que satisfecho.
De todos los que había escogí en primera criba los que me parecieron más originales. Eliminando las que han salido más borrosas de lo deseado, y haciendo una segunda selección dejando en tierra a algunos por motivos de espacio, lo que queda es lo que he llamado Botijolandia, una muestra de la colección familiar que aún tratándose de simples vasijitas de barro poroso, al menos son curiosos de ver.
Espero que os gusten.