La Catedral

¡¡¡¡Vierneeeessss!!!!
Por fin es viernes, y como cada último día laborable de la semana, a las dos chapo y que no esperen verme hasta el lunes.
De todas formas este fin de semana toca recogimiento y meditación, o lo que es lo mismo, no salir de casa y maldecir el momento en que se me ocurrió liarme con El Mazinguito. Vale, sé que me he pasado un poco en lo de maldecir, pero es que me tengo que poner las pilas si quiero llegar a tiempo (os recuerdo que la 2ª Bajada de Trastos Locos es el domingo de la semana que viene), y por ello sé que me tocará trasnochar de lo lindo (Red Bull por vena), madrugar para aprovechar más el tiempo y currar como un condenado entre cartones, ángulos metálicos, colas blancas y pinturas de colores… ¡Uffff! Mucho trabajo, sí, pero es que las cosas no se hacen solas, o al menos eso creía yo.
Aquí os dejo con un corto de animación que refleja perfectamente lo sacrificado que es crear algo; quizá no es tan bueno como otros (ligeramente soso) pero visualmente es muy guapo. Se ve algo oscurillo, así que si aumentáis un poco la luminosidad de vuestro monitor mientras que éste dure, mucho mejor.
Buen fin de semana a todos…

Al final de la cuerda

“Hoy vuelvo a pensar con cierta claridad.
Me doy cuenta de la suerte que tienen aquellos a los que este simple hecho les resulte algo trivial en su vida, pero para mí no lo es en absoluto. Ahora mi cerebro parece estar limpio, aunque no lo esté, y no se rige por las caprichosas normas de la medicación; las restricciones han desaparecido y el oasis abierto ante mí me brinda la oportunidad de disfrutar del día de hoy.
No es algo que vaya a durar mucho, eso lo sé, me lo dice la experiencia; pero no por ello pierdo la ilusión cuando veo un rayo de esperanza en la oscuridad. Sé por que lo han hecho, de nuevo quieren que se lo explique, que les cuente lo que pasó, que les repita mi versión de los hechos como si eso sirviese ahora de algo… ¿Qué les puedo decir que no les haya dicho ya?, ¿qué les puedo decir que no sea la verdad? Pensar en esto es lo que menos me conviene ahora. Debería aprovechar estos instantes de lucidez para poner fin de una vez por todas, pero volverá a pasar; la oportunidad se desvanecerá entre las correas que me sujetan, las mismas que no me dejan ser libre, que me retienen en esta celda que es mi cuerpo, en esta cárcel que es mi vida.”

Así comienza “Al final de la cuerda”, el relato breve que surgió tras leer un post de La Burbuja y en cuya historia ahí contada se basa.
Ha sido curioso escribirlo, por extraño que parezca no tiene que ver ni con el fantástico, ni con la ciencia ficción, ni con el terror. Sólo había escrito así uno antes, fue hace unos ocho años para presentarlo a un concurso que anualmente celebran en donde trabajo. Así que he aprovechado las coincidencias de las fechas para hacer lo mismo con éste… eso sí, con el mismo resultado; nada de nada.
Si queréis echarle una visual y os atrevéis a leerlo sin quedaros dormidos, aquí podéis hacerlo; aunque es serio y su tema es algo peliagudo, como autor del mismo sólo espero que lo disfrutéis.

Otro loco proyecto

Lo reconozco, últimamente tengo algo abandonado el blog, pero no es porque no tenga nada que contar, todo lo contrario, escribo posts (en un cuaderno) que nunca llego a subir por no tener un rato para ello, entre otras cosas porque me considero generalmente lento a la hora de hacer cosas… y para colmo ahora voy y la cago. Bueno, cagarla lo que se dice cagarla, no, pero sí me lío con uno de esos locos proyectos que me quitan tanto sueño como tiempo, sobre todo de esto último.
¿Os acordáis del Nautilitus y el Descenso Pirata de Aranjuez? Pues la asociación Piratas del Tajo, con motivo de las fiestas de Aranjuez (en realidad son las fiestas de San Fernando, que supongo será el patrón) han organizado su 2ª Bajada de Trastos Locos… y claro, para allá que voy.
Reconozco que lo venía rumiando desde hace bastante tiempo, me apetecía hacerlo y quitarme de esta forma la espinita clavada tras partirse el auto loco en la carrera de Red Bull. La faena es que por circunstancias no he podido empezarlo prácticamente hasta el fin de semana del 12 de mayo, y entre que a diario hay poco tiempo y no consigo hacer mucho, y que no tenía las ideas muy claras (he tenido que rehacer algunas cosas varias veces), el trasto está aún en pañales… ¡Y la bajada es el 3 de junio!
También he tenido un pequeño bache de ganas; he estado tan ajetreado últimamente que cuando lo empecé lo hice con muy pocos ánimos, sin fuerzas para enfrentarme al estrés y el agobio que esto conlleva. Pero tranquilos, como sé que de no hacerlo luego me arrepentiría, al menos pienso intentarlo.
Tenía varias opciones en mente, opciones para el diseño. La Mars Express de Futurama fue la candidata durante meses… El Bartmóvil adquirió fuerza conforme se acercaba el momento… Pero como soy tela de influenciable, y últimamente he estado más “ligado” a él, El Mazinguito fue la elección; sí señor, un robot de treinta metros condensado en un cacharro de dos de longitud… ¿Era yo el que no quería estrés?
La base (es decir, el trasto sin diseño pero con ruedas y frenos) me ha complicado la vida sobre todo al principio, pero al final creo haber dado con la combinación adecuada, o eso espero. La falta de inspiración me ha llevado a repetir la cabeza, y seguro que no se trata de la última modificación.
En el icono del Mazinger podréis ir viendo las fotos del ¿avance?... Aún hay pocas aunque espero llenarla pronto.
Recordad, el domingo 3 de junio El Mazinguito visitará Aranjuez si antes no me convierto en el doctor Infierno y lo escamocho en un ataque de rabia…
Lo dicho.

Kiwi!

Alguien tiene una ilusión, un sueño… Lo que para esa persona es importante a otros les puede parecer una tontería, una estupidez. Pero también suele ocurrir a la inversa, el que no comprende los sueños de otros no depara en que los suyos propios puedan parecer incomprensibles cara a los demás.
Cada uno es como es, con sus planes, sus metas, por muy increíbles o absurdas que éstas parezcan… ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar para cumplir esos sueños? Está claro que depende de la determinación de cada cual, pero nunca el esfuerzo empleado debe ser cuantificable en comparación con el placer que da el conseguirlo, o simplemente intentar cumplir ese fin.
De pequeño construía pequeñas recreaciones de robots en cartulina que me llevaban todo el fin de semana, el objetivo era enfrentarlos en una pelea que no solía durar más de media hora desde el primer puñetazo hasta el destrozo total de estos, ¿valía le pena romperlos tras todo un fin de semana liado con ellos? Pues claro, pues ese era el objetivo.
He llegado a estar hasta dos meses preparando una fiesta de Halloween para que ésta dure unas pocas horas con los amigos aunque no estuviese totalmente preparada, ¿vale la pena tanto esfuerzo y dedicación? Por supuesto… ¿Es incomprensible? Posiblemente para la mayoría sí, pero para mí todo ese trabajo queda más que justificado en el momento en que todos disfrutamos de ella.
Durante más de un mes en ambos casos, la dedicación a “La Bolilla Negrilla” y al “Nautilitus” fue casi absoluta; el primero se partió por la mitad en plena carrera, el segundo se destrozó con la lluvia el día anterior… ¿Valió la pena? Siempre la vale, porque pese a todo el único fin de tanto trabajo era participar y compartirlo, y en ambos casos fue así.
Por eso digo que cada proyecto u objetivo que cada cual tenga es importante para uno mismo, y aunque sea incomprensible para los demás, se debe luchar por ello hasta acabarlo, conseguirlo, o al menos intentarlo, y simplemente aceptar las limitaciones que uno se auto imponga y no las que digan los demás.
Un buen ejemplo de todo lo que acabo de decir se ve espléndidamente reflejado en este corto de animación, es muy bueno, aunque…

Una de mentiras

Que no, que yo no miento, que si lo hago viene el cazador de mentiras y… Bueno, en realidad no sé que me hace porque aún no me he leído el libro, pero seguro que nada bueno.
El pasado 11 de mayo… Sí, ya sé que voy con retraso ¡¡¡Pero es que estoy mú liado!!!..., ejem, como decía, el pasado 11 de mayo, en la librería Estudio en escarlata de Madrid, se presentó “Cazador de mentiras”, una novela escrita a cuatro manos entre David Jasso y Santiago Eximeno. No puedo hablar de como está, pero conociendo lo que escriben y como lo hacen seguro que es estupenda.

Por si alguno de los que por aquí se pasan no sabe quienes son estos dos señores diré rápidamente que ambos son especialistas en el terror. Santi tiene publicado, a parte de un sin fin de cuentos entre Internet y revistas especializadas, una novela (Ashura) y una antología (Imágenes), además de haber ganado el Ignotus al mejor cuento en su última edición (1); se pirra por la fantasía oscura, como él suele llamarle, y la mitología de cualquier tipo. De David decir que ésta es su segunda novela tras publicar el año pasado La silla con buenas dosis de terror psicológico… Vamos, dos autores que garantizan la oscura trama que de seguro se desarrolla en Certeza, lugar en que se sitúa la acción.
La presentación estuvo bien, con bastante gente del fandom, con humor (ambos tienen buen sentido del humor), con presentación del vídeo de la novela, con aplausos y su ratito de firmas… Después de todo eso, lo importante: ir al bar más cercano a tomar algo; ahí es donde viene el verdadero contacto con los autores.

Tras algunas cañitas, algunos trinas y las aguas de turno, llegó el momento de tomar una cenita, que a lo tonto ya eran cerca de las once de la noche. Aquí fue ya donde todo el grupo se disgregó, quedándose Santi con otra gente (entre ellos familiares, es comprensible) y acaparando nosotros la presencia de David Jasso y su encantadora mujer. El Vips fue el lugar escogido, muy socorrido a esas horas, así que los siete, David y Mª Luz, Pily B y Javi, Sonia y yo… y la Rana, nos quedamos estupendamente a base de ensaladas, sándwiches y pollos a la villarroy… hasta el postre, claro. Para los anales quedarán los dos Cookie Monster de chocolate que tanto David como yo nos zampamos mano a mano; salvando la compañía, lo mejor de la cena, oye. No sólo ahí dio muestras David de lo golosón que es, sino que reclamó antes de despedirnos las chuches que ya tradicionalmente lleva Sonia en la Rana.
Total, una tarde de presentación bastante agradable que es posible que se repita en junio con la Feria del Libro, pues cabe la posibilidad que estos chicos firmen en algunas de sus casetas…
Y si no, siempre podemos repetir presentación en Zaragoza.

(1) Los Premios Ignotus se entregan anualmente a las obras más destacadas tanto en el panorama nacional como en el extranjero, que se encuadren dentro del fantástico, del terror o de la ciencia ficción.

Un lugar de peregrinaje

Hace unos meses el conocimiento de una existencia me llegó por dos lados, y se trataba de una noticia tan sorprendente como excitante.
Todo empezó por un post en la blog-web de webonauta. En un post se hacía una gran recopilación de estatuas, a cual más curiosa, esparcidas por todo el mundo, un gran repertorio del que destacó una no sólo por ser la que era sino por encontrarse donde lo hacía, algo que no me podía llegar a creer. Tras hacer una serie de pesquisas del tipo: “Oye, ¿a ti te suena que…?” un amiguete me mandó otro par de fotos y la dirección de un blog en el que se hablaba de ello; definitivamente parecía que aquella estatua existía y se encontraba al alcance de un simple viaje a Tarragona. Aun así me parecía tan increíble que desconfiaba, ¿podía tratarse de una coña bien montada que transcendió a la broma y ahora era una especie de leyenda fantasma? Había que averiguarlo, y cuanto antes mejor, por eso el puente-acueducto a primeros de mayo era el idóneo para tal misión.
Nos alojamos en Reus, en un hotel de esos que reservándolo por Internet te sale bastante económico pese a ser de tres estrellas; el domingo llegamos, así que el lunes pasó a ser el día elegido.
A la mañana siguiente, cargados de ánimos y con mucha paciencia ante la posibilidad de perdernos en el camino, partimos desde Reus por la C14 dirección Montblanc y a mitad del camino, a la altura de Alcover, nos desviamos por la C37 hacia Valls; hasta ahí todo bien pese a despistarnos un poco en la glorieta de salida y hacer algunos kilómetros de más. Al cruzar Valls otra rotonda engañosa nos enfocó hacia El Pla de Santa María; un pequeño despiste en un polígono industrial nos confirmó que, o bien éramos unos negados o los carteles eran confusos o inexistentes. Pasando El Pla continuamos por la C37 hacia El Pont D’Armentera, donde a mitad de camino se encontraba nuestro tesoro buscado, al menos en teoría.
Como esperábamos encontramos el desvío hacia Els mas del plata, nombre de la urbanización donde se debía encontrar nuestro objetivo. Pese a no tener las calles asfaltadas de abandonada, como se ha dicho por ahí, no tiene nada. Aquello era inmenso y en apariencia iba en aumento; el hecho de que cada casa fuese de su padre y de su madre daba una falsa sensación de batiburrillo, pero eso sí, menudos chalecitos vimos. Tras volver a despistarnos en un camino que nos metía en pleno bosque decidimos cruzar la urbanización mientras rezábamos para que todo no fuera una coña… En este punto debo decir que tanto los esquemas y planos del camino que sacamos por Internet se quedaron en Madrid; ejem, un pequeño fallo.
Entonces, cuando seguimos urbanización adelante, allí, a nuestra derecha, al final de un pequeño camino y en pleno descampado, vimos de repente surgir la estatua de Mazinger Z que estábamos buscando y por la que tantos kilómetros nos habíamos hecho; sin lugar a duda era el lugar de peregrinaje adecuado para todo friki, otaku o robotijero que se precie.
¿Pero qué hace un Mazinger en medio de un sitio así? Desde luego no es lo habitual, y menos uno a un tamaño casi real, pero su explicación tiene su origen en unos avispados promotores inmobiliarios. Todo es de oídas y de leer explicaciones en distintos blogs. Parece que en los setenta los promotores de esta urbanización tuvieron la genial idea de atraer a los compradores a través de sus pequeños, creando para ello distintas figuras en fibra de vidrio que representaban los dibujos más exitosos de la época, y mientras intentaban vender la parcelita de turno los peques jugaban y se entretenían con ellas. Pese a la idea la urbanización no fraguó entonces y quedó algo olvidada. Además, un fatal accidente en el que se cayó un niño por el interior del Mazinger (era visitable y la boca hacía las funciones de mirador, ahora la entrada está tapiada) puede que tuviese algo que ver con el fracaso, aunque esto es ya una suposición mía.
El caso es que desde entonces está allí para regocijo de todos los que disfrutamos con sus aventuras, dando la bienvenida a todo aquel que quiera ir a visitarlo, recibiéndole con una pose que, aunque estática, le llena de movilidad, devolviéndonos a aquella época ya olvidada mediante un realismo sin igual… ¡Joder, un Mazinger Z a tamaño casi real! ¡La leche!
Lo disfrutamos durante un buen rato. El sol, las inclemencias del tiempo, su longeva vida, los gamberros…, todo ello ha mermado su carcasa exterior, su aspecto. Una simple ilusión, pues él sigue ahí, manteniéndose igual de firme que hace treinta años, cuando retaba con su simple presencia a las bestias mecánicas del doctor Infierno, del Barón Ashler y del misterioso Conde Broken.

En fin, os podéis imaginar: vídeo, fotos, más fotos… Hasta la inesperada visita de Orfideón no pudo faltar para que el recuerdo visual fuese completo.
Ahora la urbanización está en auge, avanza de forma veloz devorando todo espacio a su paso. Así que no me extrañaría que cuando asfalten las calles este lugar de peregrinación peligrase, aquello es privado y puede que decidan poner en la entrada, sólo para paso de residentes, algún control de acceso o alguna barrera…
Aunque eso da igual, porque para él nunca llegaron a existir éstas.

El Imperio contraataca... y toma Sol

Sí señores, como si de un triunfal desfile se tratase la Legión 501 realizó un particular paseo que les llevó desde Sol a Mayor… ¿Y quienes demonios son los integrantes de esta peculiar legión? Os estaréis preguntando.
Hace treinta años se estrenó la saga más famosa en cine en lo que a ciencia ficción se refiere. Sí, aunque yo me considere trekkie (y no entremos en si se escribe de tal o cual manera), en este caso lo valiente no quita lo cortés y hay que decir que Star Wars inició entonces su andadura por el corazón de todos nosotros. Bastante después, como lógica consecuencia en un grupo cuya admiración hacia este fenómeno es absoluta, surgió la Legión 501, único club de fans español reconocido oficialmente por el propio George Lucas.

Por lo general se prefiere la trilogía clásica a esta nueva, aunque en la gente más joven, en los que el fenómeno Star Wars les llegó de la mano de La amenaza fantasma, la opinión es bien distinta. Pero no voy a entrar en un debate sobre la saga pues ese no en el objetivo de este post; que por un par de horas se pudiese disfrutar de un desfile imperial en el centro de nuestra ciudad es la novedad que quería destacar aquí.
Lo siento, pero es obvio que si en las películas todos queremos que sean los rebeldes los que aplasten la tiranía imperialista, en el fondo nos identificamos más con el Imperio y su lado oscuro. Muchos soldados, algunos Darth Vaders y hasta el mismísimo Emperador empequeñecían el reducido grupo de caballeros Jedi que llevaban a la cola… Puede que sea porque la Legión 501 va más enfocada a la flota imperial que a los bueninos rebeldes.
Al son de la marcha imperial, portando estandartes y una gran pancarta conmemorativa del treinta aniversario, abría la comitiva un misterioso Emperador escoltado por varios Darth Vaders (supongo que uno por peli), les seguían una buena retahíla de soldados de todo tipo, desde el clásico trooper hasta pilotos de cazas TIE, pasando, como no, por el caza recompensas Buba Fet.

Amidalas, Leias, algún Luke y Anakin Skywalker, un Yoda mochilero y algunos caballeros y damas Jedi cerraban el desfile.
No fue algo único pues lo asombroso hubiera sido ver desfilar a los cruceros imperiales, la estrella de la muerte, los AT-AT y demás cachivaches de la saga, pero fue bastante curioso de ver y por un rato nos hizo sentir como si asistiésemos a un verdadero desfile en un Tatooine muy, muy lejano.
Ahora os dejo con algunas fotillos, no son de California no os creáis, es Madrid y ocurrió el pasado sábado 28 de abril.
Que la fuerza os acompañe… mientras las veis.