jueves, junio 26, 2008

En la estela de Estela

Aquí el Nº9 de Estela, aquí unos amigos...
De vez en cuando me engancho a algo y no lo suelto hasta que estoy saciado de ello. Así dicho puede sonar desde algo erótico hasta que soy un cabezota; pero no, no se trata de nada de eso. Como he comentado en alguna ocasión soy una persona inconstante por lo que desgraciadamente funciono por rachas. En alguna leo, en otra dibujo pero dejo de leer, después me da por las series y me olvido del dibujo, que si ahora escribo, que si en esta otra me da por los disfraces y el maquillaje de caracterización, etc., todo ello por rachas, desde el principio de la inspiración hasta la pérdida de ésta. Raramente me aparecen solapadas, salvo en pequeños períodos de transición que me llevan a concentrarme en el nuevo tema; hace poco tuve una de esas rachillas.
Dando una vuelta por la Fnac (que raro, verdad) tuve la grata sorpresa, más que nada por lo inesperado del hallazgo, de toparme con el número nueve de Estela. Para los que no estéis muy al tanto del panorama editorial de los diálogos en bocadillos deciros que se trata de una colección de comics de origen francés (obviamente aquí bien traduciditos), de ciencia ficción pura y mucha cacharrería. A Jean David Morvan le debemos la creación del personaje principal y el guión de las aventuras que número tras número vive. A Philippe Buchet le debemos un dibujo detallista al máximo sin salirse de un estilo clásico, sabiendo plasmar como nadie el aspecto y las emociones no sólo de la protagonista, sino del resto del plantel que la acompaña; y eso que el más normal es un clon puro músculo y poc…, no éste es especial, uno entre mil, ¡éste si llega a tener cerebro y buen corazón!
Una fierecilla llamada Navis se enfrenta a algo totalmente desconocido en el Nº1, Fuego y ceniza
Estela es un convoy de miles de naves y un sin fin de especies que surca el universo en busca de planetas que colonizar. En su incesante búsqueda recalan en un planeta virgen, lleno de junglas tropicales y fauna animal, pero sin rastro de vida inteligente, al menos según sus criterios. Ante la sorpresa de los dirigentes de Estela, encuentran algo que jamás habían visto: un ser humano, una hembra…, encuentran a Navis.
Como única superviviente de una nave que “naufragó” en el planeta, esta joven con ambos pies en la adolescencia fue criada al principio por un robot que cubría todas sus necesidades. Cuando éste dejó de funcionar, Navis encontró en la selva un hogar en el que crecer; fue su campo de juegos y un lugar en el que encontrar tanto a amigos como enemigos… Una fierecilla salvaje de espíritu indomable, así es Navis. Pero apareció Estela y fue arrancada de ese hogar por un supuesto beneficio para ambos.
Infiltrada en una civilización mitad puntas mitad humana, busca el origen de tal especie... y mientras se mete en lios, claro
Entre otras cosas Navis es especial por no ser telépata. Esto puede parecer una desventaja a priori, pero en una comunidad en que todos, absolutamente todos pueden leer los pensamientos de los demás, el no ser telépata te hace totalmente inescrutable a los sondeos mentales, y esto constituye para los dirigentes una ventaja estratégica enorme.
En Estela no escasean los conflictos de naturaleza, digamos, delicada, por lo que Navis es entrenada como agente especial de la Constituyente dadas sus características; eso sí, es humana, es joven y es mujer, así que para ella no existen normas a la hora de mediar en tales conflictos.
Como veis es bastante interesante para alguien que le guste la ciencia ficción y adore la cacharrería (naves, estructuras metálicas y robotijos varios). También ocurre como en todo, pues algunas historias son más ligeras que otras, pero aun así yo le doy un notable como nota general (y siempre teniendo en cuenta que se trata más de una publicación juvenil que de un cómic para adultos, por mucho que salga en tetas en un par de aventuras).
¡Si es que esta chica no se puede estar quieta! Nº6 Artificios
Pero… ¿Por qué ha sido una sorpresa encontrar el número nueve? Tras los ochos álbumes se empezó a editar una colección, precuela de Estela, llamada Navis. Como imagináis son las aventuras infantiles de la moza en el planeta jungla, y por eso creí que era el final de Estela; está claro que me equivoqué. Es más, en la Fnac he visto recientemente el número diez en francés, por lo que mi preocupación no tenía base pues la colección continúa.
Ahora he acabado de releerme toda la colección y no he podido resistirme a “robar” una imagen de la rebelde Navis, eso sí, en un triste momento para ella.
Espero que os guste.
Una triste Navis con un malogrado Snivel, su robot amigo

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viernes, junio 13, 2008

Un par de cortitos

Como está claro que la animación por ordenador se está haciendo con el mercado audiovisual, no tenemos más remedio que rendirnos a ella y besarle los pies por los resultados que ofrece. Uno de los campos en que más se prodiga, aparte de los efectos visuales de infinidad de producciones, es en el cortometraje, donde prácticamente está sustituyendo al tradicional corto de dibujos animados; parece que si no cambias el lápiz por el bit, tus resultados no serán tan buenos. Pero lo cierto es que las texturas y la calidad que ofrece este campo distan mucho de la conseguida con las fotocopias en acetatos y pintadas con acrílicos a mano y un perfecto pulso. Cada día proliferan más; algunos son sencillotes, otros sofisticados, algunos son más artísticos y otros emotivos o humorísticos… Pues bien, en estos últimos campos se encuentran los dos cortos que os muestro.
El primero se titula El piano, y yo lo clasificaría entre los emotivos artísticos; me gusta como está hecho, me gusta el sentimiento que desprende, y a mí particularmente, me recuerda que algún día envejeceré y tendré la suerte de tener a mi niña al lado.

Jungle jail es un poquillo más largo (casi ocho minutejos), está currado por lo que no es sencillote, y es humorístico por la simple razón de que te hace sonreír.
Espero que os gusten…

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jueves, junio 05, 2008

¡Bicampeón!

Los tres primeros clasificados celebrándolo en el podio. Foto de Jose Manchado
Veamos, no quiero parecer un pedante por el título de este post, ni un listo de aguas, ni un creído, ni un vanidoso, ni simplemente un idiota perdido, pero es que es un hecho… ¡He vuelto a ganar!
Sí señores, para aquellos que el domingo pasado no pudieron pasarse por Aranjuez y aún no se hayan enterado, la Planet Express no sólo llegó a participar sin percance alguno sino que además revalidó la condición de campeón del que suscribe.
La Planet Express en plena bajada. Foto de Jose Manchado
Ya han pasado varios días, la euforia ha desaparecido, la semana empieza a pesar y yo me pregunto por qué, por qué he vuelto a ganar. Creo que la clave está en que aún la Bajada de Trastos Locos de Aranjuez es un evento joven, con la ideología noble de entretener y sorprender a la gente y un presupuesto modesto si lo comparamos con el Descenso Pirata del Tajo, que se acerca ya a su edición número treinta y que de momento te subvencionan hasta 300 euros por barcaza. Creo que más por la tradición que por el dinero en sí, los participantes se esmeran en provocar ese asombro sobre las tranquilas aguas del Tajo, buscando esos primeros puestos de honor y ese premio que sumado a la subvención te amortice en la medida de lo posible lo gastado; y si hay suerte y la tuya es del gusto del jurado, ese primer puesto y el título de Pirata Mayor de ese año… Tradición, eso aún le falta a la Bajada pues sólo cuenta con tres ediciones, y por eso muchos de los participantes bajan por el simple hacho de participar, pero sin esa conciencia de hacerlo lo mejor posible como sucede en el Descenso Pirata.
Y en medio de todo estoy yo.
El Descenso lo descubrí hace tan sólo cuatro ediciones. Fui a verlo en dos ocasiones, participé en las otras dos, y si nada lo impide en septiembre sumaré mi tercera incursión en sus aguas. La Bajada de Trastos Locos la descubrí sólo hace dos, y he participado en las dos como ya sabéis. Para mí la tradición que embarga a las gentes de Aranjuez me es ajena, yo participo en ambas cosas porque me gusta y porque he sido aceptado por ellos… y dedico el mismo empeño, la misma atención y el mismo trabajo se trate de una barcaza o de un trasto loco; por eso he vuelto a ganar.
Pero para nada soy un genio. Mi primera participación en un evento similar fue la famosa Bajada de Autos Locos de Red Bull en Barcelona; me esmeré a fondo, arrastré conmigo a varios amigos, nos gastamos un huevo de pelas… Los descarriados de la Bolilla Negrilla, haciendo una clara referencia a la Perla Negra de Piratas del Caribey al final “Los descarriados de la Bolilla Negrilla” acabó partida en dos a mitad del recorrido y ni siquiera aparecía como participante en la lista oficial por no acabar la carrera. La segunda participación fue en el Descenso del Tajo de hace dos años, marcado por la lluvia y el granizo del día anterior que como a muchos afectó a nuestra barcaza; sólo pudimos salir con la mitad de ella y conseguimos el 5º puesto. Llegó El Mazinguito, y sí, fue todo un éxito, pero muchos no saben que justo antes de la bajada se partió una bisagra importante, mitad herraje mitad cartón, porque no soportó el peso del radio-cd y la parte delantera quedó algo caída; tampoco que se me partió el cable del freno en cuanto pisé éste. Fallos y más fallos.
En el STS Duque de Alegría, el trasbordador espacial con el que participamos en el último Descenso, tenía puesta muchas ilusiones, con cierto “espectáculo” y todo. Pero el tiempo nos comió terreno, me tuve que limitar a finalizarlo acabándolo justo antes de la salida; con prisas y mal terminado casi era de esperar lo que nos pasó; que se hundiera la parte central era casi inevitable y al final nos vimos relegados a un octavo puesto.
El proceso de construcción es arduo, pero también divertido
Con la Planet Express no ha habido sorpresas desagradables, funcionó bien (algo inestable pero bien), y su fidelidad con el original hizo que se llevase el gato al agua. Pero llegar hasta ahí no fue un camino de rosas. Como siempre su diseño era complicado por el simple hecho de montarlo, desmontarlo y transportarlo en coche para volverlo a montar en Aranjuez; cierto, esta vez pude contar con una furgoneta, pero hasta la noche del viernes no lo sabía y había que prepararlo todo para que entrara en varios viajes en el coche. Por otro lado contaba en su diseño original con dos muñecos más (Leela y Fry) y conmigo disfrazado de Zoiberg; al final, de nuevo por el apetito voraz del tiempo y lo complicado de estos, no pudo ser. Tras montarlo el sábado por la tarde-noche y llegar a casa pasadas las once de la noche, cené algo y me puse a hacer una máscara de Fry para sentirme al menos disfrazado; la acabé y me acosté a las 7:25…, a las 7:30 sonó el despertado (claro, en ese momento lo retrasé media hora para descansar algo).
Como veis, el hecho de haber ganado dos veces seguidas no se debe a que sea un genio maravilloso e imbatible, no, se debe mucho a la suerte y a que el resto de los participantes no les dan la misma importancia a la Bajada como se la dan al Descenso, esa misma que yo, por ajeno, sí le doy… Creo que por poco que algunos se hubiesen esmerado más yo no habría ganado esta vez. Y como me he convertido en el enemigo a batir (siempre desde el lado de la deportividad y el buen rollo) si siguen mi consejo seguro que el año que viene lo consiguen.
Eso sí, si todo va bien yo intentaré ponérselo difícil.
Sobre la Bajada en sí decir que este año me encontraba nervioso antes de salir, mirad que tontería, y que lo más destacable como siempre fue el buen recibimiento y todo el apoyo que me brindaron la gente de Aranjuez en general y más concretamente la de la Asociación Piratas del Tajo, que siempre se vuelcan en atenciones y ayudas si hace falta.
Destacar el amplio reportaje fotográfico realizado por Jose Manchado en donde encontraréis imágenes de todo lo sucedido en esta Bajada; un buen lugar para cotillear a los restantes participantes.
Esta vez no lloré, aunque sí se me cristalizaron los ojos de emoción cuando anunciaron al segundo (la Loca-motora) y ya me sabía ganador… ¡Qué le vamos a hacer, somos humanos!
Y también desde aquí quisiera dar las gracias a todos aquellos que fueron a vernos, tanto a mí como a los restantes participantes. Porque para nosotros, los que construimos un trasto loco con la intención de tirarnos cuesta abajo y asombrar a la gente, los verdaderos protagonistas no somos nosotros, son ellos, sus risas, sus ¡Ohhhh! De asombro y sus aplausos al “dejarnos caer”…
Gracias a todos, gracias a mis protagonistas.Mi niña, la más comprensiva

Alfonso, el mejor de los ayudantes

Jose Manuel, Dori y los peques... ¡Cuánto tiempo que no les veía

¡Ayy, mi pelirroja! La más incondicional de Futurama

Y Javi, dale una llave fija y te desmonta el trasto en un santiamén

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