sábado, diciembre 13, 2008

A ver quien es el guapo que miente

“A su lado descansa un saco de tela de esparto, grande y sucio. Una mano asoma del interior, una mano de dedos rotos, cubierta de sangre. La criatura le ha dicho que dentro está su padre, el mentiroso de su padre, y el niño tiene tanto miedo que no ha sido siquiera capaz de llorar.”
Cazador de mentiras
Cazador de mentiras, una portada significativa para una historia que te mantiene en vilo
Apenas un par de posts más abajo hablé de La Silla, la primera novela publicada de David Jasso. Pues bien, en él hacía mención de manera superficial de su segunda novela, Cazador de mentiras, escrita junto al también escritor especializado en terror Santiago Eximeno. Han pasado unos cuantos días y ya me la he leído, y tal como dije en aquel post aquí os dejo mis impresiones; más que nada porque no deseo ver aparecer al Hombre del saco tras de mí.
Una cosa que España tiene en cantidad, aparte de bares, son pequeños pueblos. El hecho de que algunos se encuentren más apartados de las carreteras generales, más aislados por su inaccesible ubicación, provoca que a su alrededor se generen extrañas leyendas generalmente fruto del folclore popular. Pero en Certeza, lugar donde se desarrolla la trama, el folclore no es tal, ya que lo que acecha a sus habitantes es una leyenda real, una oscura maldición hecha realidad en tiempos inmemorables… “Algo habita en Certeza”, y no es precisamente algo bueno.
No voy a intentar venderos el libro, no es mi intención. Tampoco quiero que penséis que es una obra maestra indispensable en cualquier biblioteca particular. Pero aunque no han sido muchos los libros que últimamente he leído, la verdad es que pocos me han mantenido en la incertidumbre como lo ha hecho éste. Yo no diría que está lleno de intrigas, pero como dice el trailerbook, “algo vive en el bosque, algo oscurece su cielo”; tú lo sabes y ellos, aunque lo ignoren al principio, son empujados poco a poco a enterarse; y vaya si se enteran.

Muchas veces, cuando lees un libro o ves alguna película de este género, es fácil predecir lo que viene a continuación. Otras en cambio, sin ser fácil, yo apelo a esa enfermiza imaginación que tenemos los que de vez en cuando nos da por escribir terror y adivino, más que intuyo, lo que ocurrirá. Pues bien, en los diferentes entramados que acaban confluyendo en el pueblecito de Certeza, continuamente están ocurriendo pequeños giros que, si bien alguno sí adiviné, la mayoría me sorprendieron haciéndome la lectura mucho más interesante. Tampoco os voy a engañar, a mí todo lo que sea temática sobrenatural me atrae bastante y suelo rendirme fácilmente a ella, y el ser maligno de esta novela rezuma metafísica por los poros. Con cuatrocientas cuarenta y cuatro páginas es normal encontrarse con un buen número de personajes, pero te das cuenta que todos ellos encajan a la perfección dando lugar a una historia a la que ni le sobra ni le falta nada. Sí me ha ocurrido algo que pasa con cualquier libro que uno lea, y es que te encuentras comportamientos que en circunstancias concretas se escapan a tu lógica, pero en este caso han sido bien pocos, dotando de realidad unos hechos por otro lado irreales; aunque esta apreciación sólo entra en el ámbito de lo subjetivo.
Particularmente decir que me ha gustado más que La Silla, y aunque por su compenetración el profano no llegue a distinguir qué partes del texto tienen un claro sabor a Eximeno o a Jasso. Yo que he leído a los dos por separado creo haber distinguido partes de uno u otro, lo que en mi caso particular le ha añadido un interés extra.
Aquí os dejo ahora con una pequeña entrevista a uno de sus autores, David Jasso. En ella os explicará de qué va este libro y las claves para saber si os interesa o no. No es muy larga, así que si tenéis unos minutillos os recomiendo que escuchéis la presentación que de la novela hace uno de sus autores.
Y creedme, es una historia bastante entretenida… Yo no os mentiría.

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sábado, diciembre 06, 2008

¡ Dios mío, 40 tacos!

¡Cómo jode el cambio de decena! Eso de cambiar el numerito de delante como que produce respeto, ese de señor mayor, cuarentón, carroza... Vamos, una joyita de edad. El caso es que me encuentro igual que hace unos días, cuando aún se contaban mis años como "taitantos", y aunque me entre la crisis y quiera meterme en un gimnasio, aprender algún idioma o hacerme injertos de pelo, no creo que me meta en un gimnasio (hace mucho que lo digo y nunca lo hago), ni que aprenda un idioma (estudiando inglés desde primero de EGB, y ni papas), y el tema del injerto como que no me lo había planteado hasta que lo he escrito aquí, y creo que de momento me seguiré cortando el pelo tres veces cada dos años.
Pues eso, que el Orfi cumple hoy cuarenta años de existencia, y siento no haberlo posteado a primera hora de la mañana pero no he podido. De hecho éste ha sido un post algo improvisado. Sí, ya sé que he tenido cuarenta años para prepararme algo, pero al principio porque quedaba mucho, y luego porque no había tiempo, pues el dibujito no ha sido posible; ya os lo recompensaré con otra cosa.
Gracias a todos por formar parte de este tiempo, a los de siempre y a los más recientes; sin vosotros el Orfi no sería el Orfi.
Me voy a soplar unas velitas.

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martes, diciembre 02, 2008

De nuevo Pacheco

La semana pasada tuvo lugar un evento que no suele pasar desapercibido al aficionado del noveno arte, la Expocómic de Madrid. Pues bien, esta vez no pudo ser, un viajecito de fin de semana hizo imposible que mis huesos se paseasen por las casetas llenas de colecciones, tebeos, camisetas y muñecos. Y alguno puede pensar… ¿Y el jueves qué? ¿Y el viernes? Cierto, el jueves podría haber ido, pero al trabajar por la tarde tampoco es que me quedase mucho tiempo para aprovecharlo; además, mis miras estaban puestas en el viernes y en la Fnac.
El pasado mes de noviembre este centro comercial se hermanó con el mundo de la viñeta en general y con la Expocómic en particular; promocionó muchos tebeos, muchas colecciones, hizo descuentos, charlas, y el colofón lo puso la sesión de firmas que tuvo lugar el pasado viernes. Veintinueve autores, que se dice pronto, tuvieron la gentileza de firmar sus trabajos en la cuarta planta del edificio de preciados; no hace falta deciros como estaba aquello. Allí llegué yo dispuesto a chuparme la espera un par de horas antes del inicio de la sesión; mi objetivo: de nuevo Carlos Pacheco.
Pese al cansancio que tenía, su arte a la hora de dibujar y su predisposición para con el aficionado no se resentían
Sobre Carlos Pacheco ya he hablado aquí con anterioridad, así que me limitaré a decir que es uno de los mejores lápices del cómic-book americano, pero eso sí, producto nacional nacido en Cádiz, que ahí es nada. Muchos son los personajes que han pasado por su arte, sin esforzarme mucho recuerdo a los 4 Fantásticos, los X Men, los Vengadores, Linterna verde, Flash, Superman y Batman, pero os aseguro que son muchos más los que han tenido la suerte de estar entre sus dibujos. Menos conocido, pero más de él, destaca un personaje que consiguió una serie limitada de seis números, una apuesta personal cuya continuación ha tenido que aplazar durante un par de años (confesó que ya estaba trabajando en ella) tras su regreso a Marvel esta misma semana, el eterno tema de los derechos; me refiero a Arrowsmith.
Decir de ella que se trata de una ucronía, una aventura vivida durante una Primera Guerra Mundial donde los seres mágicos existen y los dragones están al orden del día; Arrowsmith es el nombre de un protagonista que se alista siendo un chaval y acaba liderando un grupo de voladores… Acción, fantasía, amores, penas, todo tiene cabida en ésta miniserie, que debo reconocer que es una de mis favoritas. Y por ello fui con la idea, si tenía suerte y me llegaba, de pedirle un dibujo de este personaje.
Las dos horas de espera, más media hora que llegó tarde, y algo más de una hora hasta que me llegó el turno (y eso que era el quinto). Pero cuando ves el resultado comprendes que toda espera merece la pena.
Las sesiones de firmas y alguna charla a la que he asistido, y me parece un tío genial, además de tener la gracia de los gaditanos
Aquí os dejo este pequeño tesoro que hará compañía al Capitán América del año pasado… ¿Está o no genial?
Arrowsmith, casi un cuarto de hora para esta pequeña maravilla

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